𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖

77 14 9
                                        

Cuando Sanzu y Yasuhiro llegaron al hospital, la escena que encontraron fue más sombría de lo que esperaban. Souya estaba sentado en una silla junto a la cama de su hermano, con la mirada perdida, observando su mano vendada, como si no pudiera apartarse de lo que había sucedido. La tensión en el aire era palpable, y Yasuhiro intentó romper el silencio con unas palabras de consuelo, pero Souya no respondió mucho más allá de un débil susurro.

Souya: Rompí mi promesa, hermano...

Las palabras resonaron en los oídos de Yasuhiro y Sanzu, quienes no entendían completamente el significado de la frase. Ambos se acercaron, pero no sabían qué decir o hacer. La confusión y la tristeza en los ojos de Souya eran evidentes, y no parecía estar listo para hablar.

Yasuhiro: Oye, Souya, tranquilo... tu hermano estará bien – dijo Yasuhiro, tratando de calmar al peliazul. Nos quedaremos para que no estés solo, ¿sí?

Sanzu: Nos dijeron que lo hirieron, pero... ¿qué le pasó a tu mano?

Yasuhiro, al ver que la situación podía complicarse, intentó desviar la atención de esa pregunta, sin querer presionar a Souya demasiado.

Yasuhiro: Sanzu, creo que lo mejor es dejarlo de lado por ahora.

En ese momento, una enfermera se acercó desde atrás, interrumpiendo la conversación.

Enfermera: ¿Son amigos de él? – preguntó mientras miraba a Souya, quien seguía en silencio. Vine a vendarle la mano, pero no ha sido muy cooperativo. Parece estar en shock o algo por el estilo.

Yasuhiro asintió, sintiendo que aún había algo más en Souya que no lograba comprender.

Yasuhiro: ¿Puedo intentarlo?

Enfermera: Adelante. – dijo mientras le entregaba a Yasuhiro el alcohol y las vendas.

Yasuhiro, con suavidad, tomó la mano de Souya. El peliazul no opuso resistencia, aunque su rostro seguía reflejando el dolor y el tormento interno que estaba viviendo.

Yasuhiro: Permíteme, Souya... – dijo, mientras comenzaba a desinfectar las heridas de la mano de su amigo. – Esto te va a doler un poco, pero pasará.

La enfermera observó con atención, sorprendida de que Souya finalmente dejara que le trataran la herida. Cuando Yasuhiro terminó de limpiarla y vendarla, se apartó y le sonrió, tratando de ofrecerle un poco de consuelo.

Yasuhiro: Listo, Souya... ya está.

En ese momento, Souya dejó escapar un suspiro y, de forma repentina, abrazó a Yasuhiro, casi como si no pudiera soportar la carga emocional que llevaba consigo.

Souya: Mi hermano... – murmuró, entre sollozos. Mi hermano...

Yasuhiro lo abrazó con fuerza, tratando de darle apoyo, aunque sabía que no podía calmar completamente la tormenta interna de Souya.

Sanzu: Voy a traer algo de tomar – dijo Sanzu, preocupado, mientras se dirigía rápidamente hacia la salida.

Yasuhiro se quedó con Souya, intentando calmarlo con palabras suaves.

Yasuhiro: Tranquilo, Souya. Él estará bien... – dijo, con voz firme pero tranquilizadora. Tu hermano va a estar bien, lo prometo.

Unos momentos después, el doctor se acercó, mirando a Souya con atención.

Doctor: Tu hermano está bien, gracias a que lo trajeron a tiempo. Solo necesitó unas suturas y algo de descanso. Estará débil por la pérdida de sangre, pero no es nada grave. Una buena comida y descanso y estará listo para recuperarse.

𝓛𝓸𝓿𝓮 𝓒𝓻𝓪𝓴𝓬𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora