𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟎

57 11 13
                                        

Souya estaba confundido por el cambio que había tenido Muto con ellos, pues cuando ambos gemelos trataban de hablar con él, este se alejaba con excusas vagas o estúpidas, cosa que Nahoya ya le estaba cansando. Esa actitud no mejoraba, y tampoco ayudaba mucho que Sanzu actuase de la misma manera. Para acabar las cosas, Mikey les dijo que tendrían una pelea con una pandilla llamada Tenjiku, notando en el rostro de Mikey que era serio, que aquella pelea era importante y que debían estar preparados.

Nahoya, decidido a hablar con Muto, vio que Sanzu no había llegado a esa reunión, por lo que le dijo a su gemelo que se adelantara, pues quería arreglar las cosas y averiguar qué le había sucedido a Muto. Digamos que fue algo imposible, porque, a propósito, el rubio ignoraba al pelinaranja. Nahoya no se rindió, hasta que finalmente logró llamar la atención del rubio.

Nahoya: ¡Oye, ya dinos qué mierda te sucede con nosotros, Yasuhiro Muto! —dijo, molesto, viendo al rubio detenerse, pues ya desde varias cuadras lo había seguido alejándose del templo—.

Yasuhiro: Tú y yo no tenemos nada de qué hablar.

Nahoya: Oh, amigo, sí que tenemos mucho de qué hablar. De repente comenzaste a actuar de esta forma, ¿qué demonios sucede, Muto?

Yasuhiro: No somos amigos —dijo, mirando serio al pelinaranja—.

Nahoya: ¡Pues no pienso dejarte ir hasta que me digas qué putas te pasa!

Yasuhiro: ¡SOLO MANTENTE ALEJADO TÚ, TU HERMANO Y TU FAMILIA DE MÍ! —dijo alzando la voz, molesto—.

Nahoya: —aún más enojado, golpeó al rubio con su puño en el rostro—. ¡Si es necesario usar la fuerza para hacerte hablar, eso haré!

Yasuhiro: —regresó el golpe al pelinaranja—. No lo repetiré de nuevo. Aléjate tú, tu hermano y tu familia de mí.

Nahoya: ¿QUÉ MIERDA TE SUCEDE? ¡Actuabas distinto hace unos días y ahora eres un completo imbécil! —dijo, limpiándose la sangre de su rostro—. ¡Mierda, no puedo creer que eras un buen chico! Hasta sentí algo por ti, pero de pronto nos tratas como mierda y basura. Si quieres que me aleje, con gusto lo haré —dijo, dando unos pasos para irse—. Fui un idiota al hacerme ilusiones, que quizás tú serías mi otra mitad de esta estúpida marca —golpeó con todas sus fuerzas al rubio, tumbándolo al suelo—. Pensé que... ambos podíamos.

Yasuhiro: Nahoya, yo... no lo entenderías.

Nahoya: Cállate. Acabas de decirlo, "Aléjate". —empezó a correr, alejándose del rubio—.

Yasuhiro: Nahoya... —dijo, mientras observaba al pelinaranja marcharse—.

Kisaki: Owwww, qué tierna escena de enamorados —dijo, en tono de burla—. Al menos no abriste tu boca.

Yasuhiro: —apretaba su puño lleno de ira hacia el de lentes—.

Kisaki: ¿Piensas golpearme? Tus abuelitos podrían morir degollados con solo una orden —dijo, mirando al rubio—.

Yasuhiro: Maldito idiota —dijo, poniéndose de pie—.

Kisaki: Anda a tu hogar —empezó a caminar, alejándose del rubio—. Qué patético —dijo por último, antes de marcharse—.

Nahoya llegó a su hogar y se dirigió directamente a su habitación, sin saludar a sus padres ni a su hermano, que ya había llegado. Souya, preocupado, fue tras él. Ambos padres se miraron, claramente inquietos por el estado de sus hijos. Souya entró a la habitación que compartía con su gemelo, intentando preguntarle qué sucedía, pero cuando notó que Nahoya se estaba quitando furioso el uniforme de la pandilla, algo en su espalda le dijo sin palabras lo que estaba pasando.

𝓛𝓸𝓿𝓮 𝓒𝓻𝓪𝓴𝓬𝓼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora