Aoi Kawata se caracteriza siempre por tener un aura tranquilizadora para con sus pacientes, y Aiko se sentía feliz de tener con quien poder conversar un poco, pues ambas mujeres compartían gustos similares y hablar de sus hijos les encantaba mucho.
Aoi: -tomando la presión del brazo de la mujer- Bueno, parece que todo está estabilizado.
Aiko: Me he sentido muy bien, doctora.
Aoi: Son buenas noticias, señora Muto.
Aiko: Sabes, es mejor por mi nombre, dime Aiko.
Aoi: Bueno, está bien, Aiko -dijo sonriendo-.
Aiko: Disculpe, doctora, ¿ustedes de verdad creen que pueden curarme?
Aoi: -la miró a los ojos- Usted tiene un hijo maravilloso. Él merece tener a su madre a su lado.
Aiko: Yasuhiro está... siento que no soy la mejor madre del mundo para él. El dejarle solo por mi enfermedad me parte el alma.
Aoi: Al contrario, Aiko, él cree que usted es la mejor madre del mundo.
Aiko: Señorita Aoi, si no lo logro, ¿podría cuidar de mi hijo? -dijo mirando a la peliazul-.
Aoi: Aiko, usted va a lograrlo y va a estar siempre junto a su hijo.
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Nahoya se encontraba comprando la despensa ordenada por su madre. Souya se había quedado en casa. Ambos tenían padres, pero siempre estaban tan ocupados que lo menos que podían hacer era tener la casa ordenada. La pasión de ambos era la cocina, así que entre travesuras y risas aprendieron a cocinar. Ahora, cuando sus padres llegaban a casa, siempre encontraban una deliciosa cena preparada por ellos.
Nahoya: -revisando la lista- A ver, ¿qué más? La letra de mamá, sin duda, es letra de doctor.
Yasuhiro: Ahí dice vegetales y frutas.
Nahoya: ¡A la mierda! -dijo sobresaltándose- Demonios, eres alto y pareces un gato, no haces ruido.
Yasuhiro: Lo sé, Sanzu me lo dice mucho.
Nahoya: Bueno, frutas y verduras, gracias. -dijo, dirigiéndose al lugar-
Yasuhiro: -lo seguía sin hacer ruido-
Nahoya: ¿Ah, también de compras?
Yasuhiro: Exactamente.
Ambos terminaron las compras que tenían y salieron juntos de la tienda. Descubrieron que sus hogares no estaban tan lejos el uno del otro, gracias a Sanzu. Bueno, esa es otra historia. Mientras caminaban, conversaban sobre muchas cosas. Con el tiempo, estos dos se volvieron más cercanos, ya que siempre los ponían juntos para ir a pelear contra pandillas. Y Muto siempre terminaba llevándolo en su espalda, porque Yasuhiro siempre terminaba lastimado.
Nahoya se encontraba contando una historia mientras caminaba con Yasuhiro.
Nahoya: Y esa fue la historia de cómo Souya y yo pasamos un día en la comisaría, todo por golpear a un ladrón. Los putos policías no saben distinguir entre alguien que ayuda y un delincuente.
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𝓛𝓸𝓿𝓮 𝓒𝓻𝓪𝓴𝓬𝓼
Fanfiction¿Sabe lo mejor de los corazones rotos? Que solo pueden romperse de verdad una vez. Lo demás son rasguños (Carlos Ruiz Zafón) No hay nada como el primer amor, ese que nos eleva a lo más alto. La caída es tan fuerte que, cuando nos recuperamos, ya nad...
