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Jane se recostó en la madrugada, tras haber terminado de coser. La cama se sentía fría, aunque las sábanas olían bien porque su hermana las cambiaba seguido.

La luz de la luna pegaba fuerte en la ventana, pero estaba demasiado cansada como para ponerle atención.

Estaba comenzando a conciliar el suelo cuando escuchó un pequeño estruendo en el pasillo que dividía las habitaciones. 

—¿Qué ha sido eso? 

No quiso ir de inmediato, pero le preocupó que estuviera todo de pronto tan silencioso.

Asomó su cabeza por la puerta, mirando de un lado a otro por todo el espacio vacío. La ventana del pasillo estaba abierta, le pareció extraño y fue a cerrarla. 

Se acercó, todavía media adormilada. Estaba muy frío afuera. 

Quiso mirar la luna llena, cuando alguien entró con la agilidad de un gato por la ventana. No lo vio venir y sinceramente la asustó un montón. 

—¡Keayyaaaa! —exclamó.

—¡Shhh!

—¡¿Sherlock?! 

El joven no respondió nada, solo se dirigió hacia su puerta, rápidamente y todavía en pijama. Encima llevaba además una bata cortada con algo como un cuchillo o una espada. 

La mejilla izquierda tenía una herida profunda, que si no se trataba dejaría cicatriz.

—¡¿Estuvo usted en un duelo?! ¿Está herido?

—No realmente, tuve un pequeño altercado con unos ladrones. Pero estoy bien.

—Su cara está cortada. Venga, creo que abajo mi hermana tiene gazas y alcohol para que limpiemos esa herida antes de que se infecte.

—¿Ah? no es necesario, no voy a desangrarme...

—Sherlock no andes de terco...vamos abajo.

Holmes quedó sorprendido con la orden y por eso hizo caso. Usualmente eso era algo que Watson haría, pero, en este momento estaba en el más allá durmiendo.

Jane le limpió la herida con alcohol y mucho cuidado. En unos minutos ya estaba como nuevo.

—¿No tiene más heridas, verdad?

—Yo no, aunque mi bata es otra historia. 

—Démela, puedo coserla. Se la devuelvo mañana. 

Él la miró de reojo con desconfianza.

—Tsk, no te cobraré. —respondió Jane al silencio, haciendo que Sherlock se alegrara. Luego él se quitó la bata y se la entregó. 

—Bueno, si es tanta la insistencia, ten. 

—¿Suele usted pelear en bata y pijama? Con un corte así pudo haber terminado sin un brazo… 

—No le diga a Watson…y usted debería dormirse o le irá mal en su examen de mañana. —Abrió la puerta y señaló al reloj que estaba frente a ella. 

—Ah, también dedujo lo del examen…tendré cuidado con usted. Puede enterarse de lo que no debe. 

—Neh, soy discreto. —Cerró la puerta de golpe. 

—Buenas noches…supongo…

《Que sujeto tan extraño》, pensó mientras se dirigía a su puerta con la bata en la mano. Al menos su ropa olía mejor de lo que aparentaba. 

◇◇◇

El amanecer llegó rápidamente y Jane se preparó para otro día en la universidad. 

El jardín de la universidad era precioso. Había muchos jóvenes a esta horas, desplegados por todos lados. La miraban con desaprobación, pero ella ya estaba acostumbrada a tales tratos. 

Matemáticas (Moriarty X Oc X Sherlock) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora