6

752 92 79
                                    

Hudson viajaba tres veces por semana a Durham, que quedaba bastante lejos de Londres. La mayor parte del tiempo lo pasaba en la habitación que tenía para ella y una compañera de universidad, pues no salía mucho a menos que tuviera clases o asesorías con Moriarty. Pero cuando el jueves acababa podía irse a casa en la calle Baker. Aunque el fin de semana no era precisamente sinónimo de descanso. 

Ese jueves apenas la chica asomó en la esquina por la tarde, divisó a Sherlock y a Watson corriendo hacia ella. Habían estado allí desde el mediodía esperando a que llegara y les diera la respuesta. 

—Ni nos salude, estamos perfecto, Jane. Pero vamos atrasados…—interrumpió Sherlock y le dio un pequeño empujoncito a Watson y a Hudson en dirección hacia la calle. 

—¿Perdón? ¿Atrasados para qué? 

—Vamos a la casa de Lord Regan Butler, para ver si la contratan de empleada. 

—Pero yo no…¡bah, de acuerdo! —Ella suspiró— ¿sí sabes que la universidad en la que estudio está demasiado lejos de aquí y vengo agotada, verdad? 

—Bueno, donde vamos no está tan lejos como Durham, pero si a una distancia considerable. Por cierto ¿a qué hora te levantas para llegar temprano? 

—Mi puntualidad se la debo a usted y sus balaceras a la pared durante la madrugada. No puedo soñar pensando en que una noche se le ocurra venir a usar mi cara de blanco. 

—¿Por qué no te trasladaste a una universidad londinense cuando tu hermana te rentó el apartamento? Supe que te dieron la opción de estudiar aquí este año…—Holmes dijo, mientras caminaba a paso más lento para que Jane lo alcanzara. 

— Durham es una universidad muy prestigiosa. Incluso haciendo muchos viajes vale la pena ir…espera, ¿Leíste mi correspondencia? 

—No, en realidad no, y acabas de confirmar mi teoría. ¿Lo haces por él acaso? El tipo de la libreta. Recibiste aquella invitación poco después de conocerlo ¿verdad? Para entonces ya era tarde. De otro modo jamás rechazarías la oportunidad de quedarte en Londres. 

—Eres irritante. 

Watson asintió discretamente, antes de que Holmes lo mirara. 

 —¿Por qué, por ofender al hombre que te hace viajar durante horas al menos tres veces por semana? ¿Acaso tu pretendiente secreto no puede pagarte una casa en Durham? 

—¡Holmes, yo no tengo ningún pretendiente! Y de todas maneras ¿a usted qué le importa? Fanfarrón entrometido. 

Sherlock se rió en silencio de su molestia y luego se puso a platicar con Watson. 

Tardaron alrededor de una hora y media caminando a pie hasta una casa de campo muy alejada de la ciudad. Holmes no tenía dinero para pagar un carruaje ni una carreta o algo que los llevara. 

La mansión era preciosa. Grande y bien adornada, con un perfecto trabajo de jardinería. Aunque la gente que allí vivía trabajaba en silencio y con rostros desanimados y tristes. Jane entendía que esas personas no trabajaban precisamente por voluntad propia; era posible que una vez que entraban ya no salían de allí. 

El noble, Regan Butler era extremadamente rico y tenía tanta maldad como dinero. Había muchos rumores sobre sus malos tratos a los empleados e incluso su propia familia. Para Sherlock él era el próximo en la lista negra del Amo del crimen, comenzando por el hecho de que este logró colar a Graham Andrews en su casa, el mismo presunto asesino de un conde en York. 

Sherlock se escondió a varios metros de la entrada. 

—Contexto Sherlock, ¿quién es el asesino que buscas y que debo hacer? 

Matemáticas (Moriarty X Oc X Sherlock) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora