☾︎4☽︎ Parte 2

18 7 0
                                    

Nathaniel Parker

Acababa de sonar el timbre. Cogí mi almuerzo y aunque lo que esperaba no se acercaba a lo que ocurrió, las cosas iban para mejor. Y todo comenzó con su grito, con el de la chica de mechas color pitufo.

Al principio me extrañó, pero no me importó en cuanto vi quien la acompañaba. Era mi oportunidad con JP.

Me acerqué con una sonrisa en la cara, e impaciente, comencé la conversación.

-Ho... -intenté decir. Hanna se me había adelantado.

-Muy bien, chicos -empezó ella-. Ayer no pude presentaros en condiciones, -dudó un momento- ni a mí misma para ti, -señaló a JP - así que... Bueno, aquí estamos.

"Seguro que ya lo conozco mejor que tú" pensé. Sin embargo me lo guarde para mí. JP parecía haber pensado lo mismo.

Entonces JP me miró por un segundo, ya no parecía tan paralizado como la anterior vez.

-Por ejemplo... -continuó Hanna- ¿Que os gusta hacer?

Al principio me quedé en blanco. Luego me fijé en el dibujo que sobresalía de la la mochila de JP.

Cada línea, cada trazo, cada curva de aquel dibujo delató una parte de él, o al menos, una parte de esos gustos que no salían a la luz tan rápido.

-¿Te gusta el anime? -no pude controlar decir

De repente, algo tras esas capas de timidez se activó. Algo de... ¿Emoción? No necesité una respuesta. Él ya lo había dicho sin darse cuenta.

Hanna me miró a mi y luego observó la reacción de JP. Estaba perdida. E incómoda, nos miraba como si la estuviésemos hablando en otro idioma.

Sorprendentemente, no hizo ningún comentario sarcástico ni odioso para molestar. Tampoco nos miró como aliens, cosa aún más rara.

Salimos al patio dejando a Hanna atrás mientras hablábamos del tema que acababa de salir. Me parecía un buen principio y una agradable coincidencia. Yo también adoraba el anime.

Entonces vi a Max en una esquina, observando a un grupo que no se encontraba a más de diez metros de ella.

Eso captó mi atención instantáneamente. No sólo porque estuviese sola, también porque ese plan de espía no pegaba nada con ella.

Vi que JP me miraba y le conté resumidamente que había pensado. El chico también se extrañó y decidimos acercarnos a la muchacha.

–¡Max! –dije– ¿Que haces aquí? ¿Estás... –me fulminó con la mirada y entendí que no se tomaría a bien que la acusara de acosar a la gente de su clase.

–¿Pero que hacías? –mire a JP con sorpresa, no pensé que fuera a hablar tan abiertamente

Max pareció tomarse un segundo para guardar todo lo que había pensado en su cabeza y luego se centró en la pregunta.

–Nada interesante en realidad –JP se lo creyó. Yo por el contrario noté que había algo debajo de esa mirada. Sin embargo, decidí dejarlo estar. Max siempre había sido más dramática que otra cosa y si era algo a lo que debiera dar importancia no tardaría en venir a contármelo– ¿Y vosotros?

Y así comenzamos a hablar.

Leah Roux

En cuanto habíamos entrado en clase, Arthie no había dejado de hablar con cada persona que, según ella, 'la proporcionaba buenas ondas'. Yo ya empezaba a preguntarme cómo se las había apañado para mantener una ligera conversación ya con la mitad de la clase en las primeras tres horas.

En cuanto el tercer timbre sonó Arthie había hecho lo mismo que en las anteriores tres horas; había ido corriendo a por gente nueva. Yo, casi sin tener tiempo de comentarlo, había tenido que seguirla casi corriendo mientras ella se relacionaba con todo el mundo.

Y así acabamos, después de un buen rato corriendo, acabe rodeada de dos chicas a las que aunque sacaba una cabeza era uno o dos años mayores las cuales sorprendentemente iban a nuestra clase.

¿Que de que hablamos? Sinceramente, fue tan aburrido que solo recordé dos cosas.

La primera, a Camille diciendo “que mona” más para ella misma que para mí como si tuviese cinco años, lo suficiente para darme una primera mala impresión.

La segunda a un grupo de chicas con aires de creída superioridad preguntando por las redes sociales de la chica que había dicho eso. Al parecer, deberían conocer su cuenta.

Aunque, si hay algo que recuerdo sobre ella era que ni en su mejor versión me caerían bien.

El patio termino en seguida y volvieron las clases.

Nathaniel Parker

La siguiente clase que no tocó fue matemáticas, la peor asignatura desde mi punto de vista. Era demasiado pesada para mi gusto y sin duda, imposible de entender.

Como en cualquier otra clase, empezamos tomando los criterios de la profesora. Por lo que nos había contado tenía pensado hacer bastantes más cosas a lo largo de la hora. Según su punto de vista el tiempo había volado. Según el mío se había relentizado. Al fin y al cabo, era su culpa si decidía enrollarse.

Después nos tocó educación física, hora en la que no hicimos nada. Según el profesor, debíamos aprovecharlo ya que nunca volveríamos a tener una clase fuera del gimnasio.

Pero, en mi opinión... Simplemente fue una mala elección de primeras palabras. “Como caer mal en quince segundos” pensé.

De normal, la pereza solía poder conmigo y odiaba la idea de tener que aprovechar cada clase. En especial después de que el profesor dijese el orario. Obviamente, yo no lo había mirado ni una sola vez y me pilló por sorpresa cuando anuncio que los lunes nos tocaba educación física a primera hora.

No podíamos empezar peor la semana” pensé con sarcasmo.

La próxima asignatura fue plástica. Otra asignatura que odiaba. Aunque para ser sincero ninguna me gustaba así que me limitaba a odiar todas.

Eso no tiene lógica” pensé “Deja de pensar como Max” me reproche.

Max se enfadaría si pudiese oír mis pensamientos.

La profesora nos mandó recrear uno de sus dibujos con el mayor detalle posible. Yo escogí un folio al azar y me quedé toda la hora mirando al techo.

En cuanto la clase terminó, Max y yo volvimos hacia mi casa mientras hablábamos sobre la mañana. Yo no tenía más que decir que aunque el curso no acababa de empezar, no aguantaba ni un día más yendo a ese infierno. ¿Por qué tanto interés en torturarnos?

 ¿Por qué tanto interés en torturarnos?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nate x JP, un amor de incógnitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora