EL PRÍNCIPE CASPIAN

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La puerta se abrió revelando a un tejón y a un enano que me apuntaba con su espada por lo que levanté ambas manos para que supieran que no pensaba atacarles.

Recordé las palabras de Aslan. -Soy una hija de Eva, no soy una telmarina. Creo que me han enviado para ayudaros. Mis palabras causaron un gran asombro en los dos narnianos.

-¡El cuerno ha funcionado! Dijo alegre el tejón.

-¿El cuerno? Pregunté curiosa.

-El cuerno de la reina. Oh, pasa, pasa, no te quedes ahí parada. Me invitó de forma hospitalaria.

-Gracias. Contesté bajando la capucha de mi capa revelando por completo mi rostro.

En cuanto entré pude observar a un joven de rasgos marcados, cabello castaño largo y ondulado hasta los hombros, y profundos ojos del mismo color.

Nuestras miradas conectaron. Después de unos segundos por alguna razón nuestras miradas no se separaban, continuamos así durante varios segundos, posiblemente minutos mientras el tejón hacia algo en la cocina y el enano se aseguraba que nadie me había seguido, había algo que no podía explicar.

El golpe de la puerta nos hizo desviar la vista hacia allí, fue entonces cuando reaccioné.

-Eres el príncipe Caspián ¿Cierto? Pregunté volviendo a dirigir mi mirada hacia el.

-Así es. Dijo extendiendo su mano en forma de presentación. -¿Puedo saber quien eres exactamente? Me cuestionó con una sonrisa.

-Claro, Hope Graham. Contesté para luego apretar su mano.

-¿Cómo has llegado hasta aquí, Hope? Me preguntó el tejón.

-Estaba en mi casa, de repente todo comenzó a dar vueltas y en resumen aparecí en medio del bosque. Me dijeron que cuando me encontrara con los narnianos y con el príncipe Caspian os mostrara algo y vosotros podríais explicarme lo que ocurre.

Desenfundé la espada y las dagas mostrándoselas al resto causando un gran asombro en todos ellos. Por último me remangué la manga de mi vestido revelando mi marca de nacimiento.

-¿Os importaría decirme por qué mostraros esto es tan importante?

-¡Eres la Reina de todos los mundos! Exclamó el tejón lleno de alegría.

No lograba comprender nada -¿Qué?

-Existe una profecía en Narnia de una joven hija de Eva que se unirá a los reyes de antaño para liberar al pueblo de Narnia del sufrimiento. Ella tendría el don de sanar el dolor junto a una marca de nacimiento en el hombro derecho, al igual que la tuya. También sería una experta en batalla y llevaría consigo una espada de cristal y unas dagas de plata. Tu eres aquella joven, tu eres nuestra salvación.

-Conozco esa profecía. Comentó el príncipe volviendo a mirarme directamente a los ojos.

-Jamás imagine que fuera esto a lo que referían. Dije sorprendida.

-Toda mi vida se ha basado en mi destino, en lo importante que sería. Pero esto es demasiado, no creo que yo sea la reina que buscáis. Comenté de forma sincera.

-Tu humildad y bondad en esas palabras muestra lo contrario. Me dijo el tejón sonriendo.

-Bien, ahora que está aclarado ¿Te importaría decirnos que haces aquí? Le preguntó el enano a Caspian.

-Escapar. Mi tío siempre a querido mi trono. Supongo que, si he vivido tanto será porque no tenía un heredero todavía.

-Bueno, eso cambia las cosas. Comentó el tejón.

-Si, así no tendremos que matarte nosotros. Dijo el enano.

-Es verdad. Dijo Caspian para luego ponerse su armadura y dirigirse a la puerta.

-¿A dónde vas? Cuestinó el tejon preocupado.

-Mi tio no parará hasta verme muerto.

-Te acompañaré. Se supone que me han enviado para ayudarte. No pienso dejar que vayas solo. Dije provocando una leve sonrisa en su rostro.

-Pero, no podéis marcharos, tenéis que salvarnos. Ambos paramos en seco por las palabras del tejon.

-¿No sabéis que es esto? Preguntó señalando un cuerno, el cuerno de la reina Susan.

-Es el cuerno de la Reina Susan. Observé.

-Exactamente, él lo hizo sonar, por eso estás aquí. Y si ha funcionado quiere decir que los reyes de antaño están en camino. Comentó el tejón.

La Reina de todos los mundos [PRINCIPE CASPIAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora