ARREPENTIMIENTO

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Conseguí encontrar a Buscatrufas y a Edmund en la sala principal cerca de la entrada.

-Buscatrufas creo que necesito otro de tus remedios milagrosos. Comenté adolorida.

-¿Qué ha ocurrido?¿Estás herida? Me cuestionó preocupado.

-No lo se exactamente, creo que de alguna forma la magia del hechizo me afectó. He vuelto a sentir el dolor de la herida y ahora me vuelvo a sentir algo débil.

-Es normal, esa magia es muy peligrosa y tu aún no te habías recuperado del todo. Quedate aquí, ahora mismo te traigo una taza. Dijo de forma amable.

-¿Estás bien? Pregunté hacia Edmund sentándome a su lado.

-¿Debería ser yo quien te preguntara eso, no crees?

-No, yo enseguida volveré a estar perfectamente, no te preocupes. Lo preguntaba porque no ha debido ser fácil ver a Hadis de nuevo.

-La verdad es que no. Siempre me va atormentar el hecho de que una vez fui el traidor de Narnia.

-Oye tu nunca fuiste un traidor, ella te engañó. Eras un niño en un mundo desconocido y se aprovechó de ello. No puedes llamarte traidor, traidor es aquel que a pesar de saber las consecuencias de sus actos, a pesar de saber el daño que hará toma la decisión igualmente. Tu no eres así. En ningún momento fuiste el traidor de Narnia Edmund.

-Gracias, enserio. Dijo sonriendo.

Buscatrufas volvió con una taza entrenándomela con cuidado.

-No sabes cuanto te lo agradezco. Le comenté alegre provocando que el tejón sonriera.

Después de un tiempo Edmund se fue y yo me quedé hablando con Buscatrufas.

-Caspian me ha preguntado por ti, se le veía preocupado y algo desanimado. Dijo de pronto.

-Donde...?

-Está arriba, dijo que necesitaba un poco de aire. Creo que lo que ocurre es que no se atreve a estar con el resto. Me respondió algo triste.

-Pensará que le echan la culpa de lo que ha ocurrido con la bruja. Tengo que hablar con él. Comenté levantándome para luego despedirme de Buscatrufas e ir donde me había indicado.

Cuando llegué Caspian estaba hablando con su profesor por lo que preferí esperar y no acercarme demasiado para no interrumpirles.

-¿Por qué no me contaste lo de mi padre? Le preguntó Caspian.

-Mi madre era una enana negra de las montañas del norte. He puesto mi vida en peligro para que un día pudierais ser mejor rey que los que os han precedido. Confesó el profesor.

-Entonces os he fallado.

-Todo lo que os he contado, y también todo lo que no, ha sido porque creo plenamente en vos. Tenéis la oportunidad de convertiros en la contradicción más noble de la historia. El telmarino que salvó Narnia.

Tras unos segundos en silencio el profesor se levantó. -Será mejor que vuelva dentro, alguien más quiere hablar contigo. Comentó provocando que ambos dirigieran su mirada hacia mi.

Después de que el profesor se marchara me acerqué hasta Caspian y me senté a su lado.

Me fijé en su mano vendada debido al corte que le habian hecho para el hechizo.

Agarré su mano y la puse sobre la mía quitando la venda con delicadeza al mismo tiempo que el me observaba con atención. Pasé mi pulgar por la herida haciendo que desapareciera poco a poco.

La Reina de todos los mundos [PRINCIPE CASPIAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora