PEVEENSIE

560 31 2
                                    

Llevábamos un par de días recopilando a más narnianos y armas, las cuales parte de ellas las acabábamos de optener de los soldados telmarinos.

Era de noche y la misión estaba completada por lo que nos instalamos en una zona del bosque para descansar.

No conseguía dormir por lo que me incorporé observando al resto de narnianos los cuales dormían. De pronto mi mirada se cruzó con la de Caspian quien al parecer hacía lo mismo que yo.

Me levanté y me senté a su lado.

-¿Tampoco puedes dormir? Le pregunté.

-No, todavía intento asimilar todo esto. Es muy confuso para mi. Me contestó.

-Créeme para mi también. Dije riendo.

-Gracias. Me comentó de repente.

-¿Se puede saber el motivo?

-Por apoyarme antes cuando todos me juzgaban.

-Solamente dije la verdad. Comenté mirándole a los ojos mostrando una sonrisa la cual fue correspondida.

-¿Como es que sabías tanto sobre Narnia pero no sobre tu propia profecía? Me preguntó.

-Bueno, mi madre me abandonó cuando era un bebé. Pasé unos años en un orfanato y después un escritor que fue amigo de mi madre me adoptó.

-Era a quien te referías antes ¿Cierto?

-Exacto. Él me entrenó y me enseñó las historias y leyendas sobre Narnia. Siempre me han dicho que mi destino era algo demasiado importante y resultó ser una profecía sobre que soy una reina.

-En mi caso fue mi profesor quien me enseñó todo eso. Si mi tío lo hubiera descubierto no le habría hecho mucha gracia. Mi padre y mi madre murieron cuando era pequeño asi que mi profesor fue quien me cuidó realmente.

-Al parecer nuestros pasados son bastante parecidos, quizás por eso nuestros caminos se han cruzado. Comenté.

-Pues me alegro de ello. Me contestó.

Pasamos gran parte de la noche hablando sobre nosotros. Era realmente agradable hablar con Caspian, sentía que alguien me comprendía por primera vez en mi vida.

Había algo que me atraía de él de alguna forma, algo que me hacía confiar en él y sentirme segura a su lado.

Al amanecer volvimos a emprender nuestro camino al lugar que habíamos conseguido como refugió.

-Voy a adelantarme para vigilar. Me dijo Caspian.

-Está bien, yo me quedo con el resto. Caspian se fue por lo que me quedé hablando con Buscatrufas, con Piesligeros y con Reepicheep. Todos eran realmente amigables, y la verdad, había conseguido llevarme bastante bien con ellos.

Oí un choqué de espadas por lo que avanzé rápidamente por si era Caspian y necesitaba ayuda.

Caspian estaba luchando con un chico rubio quien le estaba apunto de atacar con una piedra de no ser por que el gritó de una niña les detuvo.

Conseguí llegar hasta él. -¿Estás bien? Le pregunté preocupada acercando mi mano a su mejilla para revisar una herida que tenia en el labio.

Caspian acarició mi brazo de forma tranquilizadora. -Estoy bien. Me contestó sonriendo al mismo tiempo que el resto de narnianos se acercaban a nosotros.

Ambos mantuvimos la espada en alto amenazando al chico rubio, quien iba desarmado.

-¿Principe Caspian? Preguntó el rubio.

-Si ¿Y tu quién eres? Antes de optener una respuesta el grito de una chica les interrumpió.

-¡Peter! Exclamó haciendo que prestara atención a la niña y al chico, a la chica, y al enano que venían hacia nosotros.

La niña era Lucy. En ese momento conseguí darme cuenta de todo, ellos eran Peter, Susan, Edmund y Lucy Pevensie. Los reyes de antaño ¿Como no me di cuenta antes?

Caspian obsevó la espada que empuñaba dándose cuenta de lo mismo que yo.

-Eres el sumo monarca. Le dijo Caspian.

-Creo que nos has llamado.

-Si pero, te creía mayor.

-Si lo prefieres volvemos en unos años.

-¡No! No importa, es solo que no sois como esperaba.

-Digamos que el tiempo no discurre de la misma manera en Inglaterra y en Narnia. Comenté llamando la atención de los presentes.

-¡Hope! Excalmó Lucy para luego ir a abrazarme dejando al resto aún más confusos.

-Ves, te dije que nos volveríamos a ver muy pronto. Le dije sonriendo.

-Tampoco tú. Comentó Edmund hacia Caspian observando al minotauro.

-Un enemigo común une incluso a los adversarios. Contestó Buscatrufas.

-Tienes toda la razón. Le comenté.

-Gracias alteza.

-No tienes que llamarme así.

-Lo siento pero ¿Quien eres? Me preguntó quien debía ser Susan.

-Soy Hope Graham.

-Es la Reina de todos los mundos. Comentó Piesligeros que se había subido a mi hombro.

-¿Qué? Pero debería tener- Comenzó a hablar Peter pero le interrumpí.

-¿Una espada de cristal?¿Unas dagas de plata?¿Una marca en el hombro derecho? Conforme le hacía estás preguntas retóricas le iba mostrando la prueba de ello.

-¡Eres la Reina de todos los mundos!¡Siempre me ha encantado esa profecía! Exclamó Lucy emocionada.

-Cuando la Reina de todos los mundos llegue a Narnia.... Empezó Buscatrufas

-No habrá ser ni tiniebla que pueda destruir al pueblo de Narnia. Cuando la Reina escogida por las estrellas y bendecida por el océano llegue a este lugar.... Continuó Lucy

-No habrá hechizera o mal alguno que se mantenga en pie. Finalizó Caspian mirándome.

-Es hermosa. Susurré.

Reepicheep se acercó a Peter. -Esperábamos con ansia vuestro regreso alteza. Mi gente y yo estamos a vuestro servicio.

-Hay que reconocer que es muy mono. Dijo Lucy.

-¡¿Quién ha dicho eso?! Saltó el ratón.

-Perdona...

-Ah, majestad, con el debido respeto opino que, valiente, cortes, o caballeroso son más apropiados para un soldado de Narnia.

-Eso no lo dudes. Comenté.

-Al menos algunos sabéis manejar la espada. Dijo Peter refiriéndose al parecer a Caspian.

-Sin duda, y he hecho gala de ello recopilando armas para vuestro ejercito señor.

-Bien porque nos van a hacer mucha falta. Comentó dirigiéndose a Caspian y a mi.

-Entonces, probablemente quieras recuperarla. Le contestó Caspian ofreciéndole la espada.

La Reina de todos los mundos [PRINCIPE CASPIAN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora