La Reina de todos los mundos [PRINCIPE CASPIAN]

EL JUICIO REAL

Me encontraba caminando por el bosque junto a Caspian. Sentí como alguien nos seguía.

-También los escuchas ¿Cierto? Me susurró Caspian refiriéndose a Buscatrufas y al enano.

-Disimular no es su fuerte al parecer. Contesté de la misma forma sonriendo.

Ambos nos paramos y nos giramos.

-Os estamos oyendo. Comentó Caspian hacia ellos provocando que salieran de detrás de un par de arboles.

-Yo creo que deberíamos esperar a que lleguen los reyes de antaño. Opinó Buscatrufas.

Caspian y yo nos miramos para luego seguir andando.

-No sabemos cuando será eso, y no tenemos mucho tiempo. Le respondí.

-Muy bien, iros. Haber si el resto es tan comprensivo. Nos dijo el tejón.

-Mejor os acompaño, quiero ver como os apañáis con los minotauros. Comentó el enano causando que nos volviéramos a girar en su dirección.

-Minotauros ¿Existen? Preguntó Caspian haciendo que el enano asintiera.

-Y tienen muy mal genio. Dijo Buscatrufas.

-Genial. Dije con ironía.

-Por no hablar de su tamaño.

-Son enormes. Sinceramente su estrategia de hacernos dudar estaba funcionando.

-¿Y los centauros? Pregunté.

-¿Todavía existen? Continuó Caspian.

-Los centauros probablemente se pondran de vuestro lado, pero a saber que es lo que podrán hacer los otros. Observó el tejon.

-¿Qué pasa con Aslan? Cuestionó de pronto Caspian provocando que los narnianos pararan de andar.

-¿Como sabéis tanto sobre nosotros? Nos preguntó el enano.

-He crecido con vuestras leyendas e historias. Contesté y Caspian asintió respondiendo lo mismo.

-Un momento ¿Vuestros padres os contaban historias sobre Narnia? Me dí cuenta que aquella pregunta nos afecto a los dos.

-No, mi profesor. Respondió Caspian.

-En mi caso fue mi tutor. Contesté cortante.

Caspian observo mi reacción -Lo siento mucho, pero creo que no debéis hacernos estas preguntas. Comentó para luego avanzar al igual que yo.

Buscatrufas se puso a olfatear. -¿Qué hueles? Pregutó el enano.

-A humano.

-¿Ellos?

-No, ellos. Señaló justo en el momento que una docena de soldados telmarinos armados con ballestas se aproximaban a nosotros.

-¡Correr! Automáticamente comenzamos a huir de los telmarinos intentando esquivar las flechas, pero de una de ellas alcanzó a Buscatrufas por lo que volvimos hasta el.

-Coged el cuerno e iros. Es más importante que yo. Dijo Buscatrufas.

Caspian se guardo el cuerno mientras yo le sacaba la flecha del costado.

-Te curaré en cuanto consigamos distraerles. Comenté con una sonrisa para dejarle claro que no le ibamos a dejar ahí.

Caspian lo subió a su hombro y empezamos a correr de nuevo atravesando el bosque.

Algo oculto en la vegetación del suelo estaba derribando a los telmarinos por alguna extraña razón.

Conseguimos llegar hasta el enano. -Llévatelo de aquí. Le dijo entregándole a Buscatrufas. Después ambos desenfundamos nuestras espadas para atacar pero aquella cosa se nos adelantó derribando al último soldado.