The Diamond War

Cap 24

             🌿🪻ESCAPE Y DESPEDIDA🪻🌿

Los apresurados pasos resonaban por todo el burdel y los murmullos de las estresadas damas resonaban en el tercer piso. Las damas corrian agitadas a sus habitaciones arreglandose lo mas pronto posible para atender a los ansiosos clientes.
Entre todo ese caos una pequeña azabache observaba expectante lo que sucedía a su alrededor como si estuviese esperando algún suceso curiosa hasta que algo sucedió.
En aquel piso una chica apareció, ella parecía sin duda alguna molesta y rápidamente comenzó a gritar.

***: Quien tomó mi maquillaje?!

La chica joven se veía sin duda enojada más  no tardó en aparecer otra con quejas similares. Las damas eran egoístas y posesivas si alguna cosa les llegase a faltar sin duda expresarian su disconformidad. La pelea no tardó en extenderse en el piso de vivienda de las damas las cuales dejaron de bajar para la inconformidad  de la dueña de aquel lugar la cual estaba molesta por la queja de los clientes ante la falta de las damas.
Cuando la señora llegó fue recibida por la pelea ya desarrollada de las damas quienes se gritaban entre sí y estaban apunto de pelear a golpes, mientras tanto alguien aprovechó el momento para bajar al piso inferior.
Una hermosa dama de cabello color crema llegó al piso inferior.

El piso inferior del burdel era la zona más bulliciosa, un lugar oscuro lleno de luces de tonos calidos y música lenta, el olor a alcohol acecha en cada esquina y los hombres miran con total atención a cualquier dama cercana dispuestos a negociar por una buena noche.

Alma era una dama totalmente  atractiva, una pequeña cintura, piel blanca y tersa como porcelana, ojos de hermosa tonalidad violeta y finos labios de durazno, ella era tan hermosa que era un juguete de edición limitada que el burdel guardaba solo para los mejores clientes, pero hoy ella estaba afuera, entre todos los hombres comunes ella destacaba e inmediatamente  una gran horda se aproximó a ella.
Todas damas del piso inferior miraban con envidia a Alma mientras ella solo jugueteaba con los demás hombres.
El alcohol que corría por la sangre de aquellos hombres frente a una hermosa dama pronto hizo sus efectos y su lado codicioso salió a la luz con violencia cuando la compititividad entró en sus cabezas para ver quien se la llevaría a la cama primero.

Un estruendo se pudo escuchar en el sótano y rápidamente Liar usó todas sus fuerzas para poder quitarse aquella pesadas cadenas.

Cuando Liar lo logró miro con atención  aquel calentador que había en aquel sótano. Un calentador de piedra de dragón, tal vez Liar nunca le puso total atención a Adara pero ahora debía utilizar todo lo que sabía para lograr su cometido.

Liar busco en el calentador las piedras de dragón
Para poder hacer un calentador se necesitan dos de estas piedras y un amplificador. Las piedras de dragón son costosas piedras volcánicas del Reino Rojo, estas piedras contienen en su interior el calor suficiente para provocar un incendio forestal.

Liar miró sus manos, estas temblaban y mientras un sudor frío recorría su rostro.

El collar de contención... No podía usar magia pero ahora todo dependía de su magia.
Apretó sus manos con fuerza y luego las puso sobre dónde estaban las piedras de dragón y mordiendo su labio inferior usó toda su fuerza para poder usar tan solo un poco de su poder. Una silenciosa explosión y las llamas comenzaron a expandirse rápidamente por el sótano provocando un fuerte zumbido en sus oídos mientras las llamas la arrojaban al otro lado de aquella habitación.

Dolía, sus manos ardían con furia, había quemaduras de segundo grado en sus manos, su cuerpo dolía, el calor la sofocaba y todo el esfuerzo  que había  hecho la mariaba, tenía tanto sueño, quería dormir ahí mismo pero tuvo de desistir, levantarse e ignorar el ardiente dolor. Corrió lo más rápido que pudo a la puerta, estaba cerrada pero la llave estaba en ella.
Cuando logró escapar del fuego cerró la puerta y puso toallas para evitar que el humo se filtrara, nadie debía saber aún de aquel incendio. Había hecho lo posible para que todo ahí abajo pasara en silencio mientras el bullicio de fuera ocultaba aquella explosión.