Capítulo 6. Mr. Fire y Mr. Soryu

1.5K 168 69
                                    

Advertencia: este capítulo contiene contenido sexual. Si no te gusta este tipo de contenido, no sigas leyendo, aunque eso implique que perderás información de la historia.

 Si no te gusta este tipo de contenido, no sigas leyendo, aunque eso implique que perderás información de la historia

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Hora de trabajar. Un sábado por la mañana. Perfecto para ir el turno de mañana a trabajar en el restaurante para atender a los clientes. Hoy era turno de Mr. Fire. Ese hombre transmitía algo que te ocasiona cierta paz y confianza, pero eso solo lo sabrás cuando estés ahí. Ahora debes centrarte en tu tarea. Tenías que obtener el sueldo del mes para comprar todo lo necesario. Tomabas apuntes en las comandas y se lo entregabas al cocinero para que hiciera su labor. Era así todos los fines de semana. Tenías que sobrevivir hasta que terminaran las clases.

—¡Buenos días, ___!

Por poco se te cae la taza de té para un cliente. Giraste tu cuerpo para ver a la responsable de aquel grito. Ume te hizo una visita a lo que suspiraste con pesadez.

—¿Podrías dejar de darme esos sustos por el amor de Dios? —preguntaste.

—Es que me gusta verte así —dijo la peliblanca con una sonrisa de oreja a oreja.

—¿Qué quieres, Ume?

—Cuando tengas un hueco, ¿podrías atender a la mesa número tres?

—Enseguida.

Ume se retiró con mucha felicidad de la barra. Ella te hacía visitas los fines de semana para acompañarte y no sentirte sola, aunque a veces preferías estar tranquila. En primer lugar, fuiste a la mesa uno para entregar la taza de té a una señora que tenía aspecto de ser una mujer muy rica. Con solo ver las joyas que portaba, ya te daba esa imagen. Luego fuiste a la mesa que te dijo Ume y no pudiste evitar mirar que estaba acompañada por cuatro chicos.

El primero tenía el cabello moreno, pero toques de color verde lima en sus puntas y sus ojos azules eran idénticos a los de Ume. Se destacaba por las manchas de su rostro y portaba unos dientes puntiagudos. Al otro lado de la chica, era un chico moreno con un mal humor de perros y ojos eran de color turquesa. A ese chico sí lo conocías. Era ni más ni menos que Inadama Kaigaku.

El siguiente tenía el pelo de color rosa corto y sus ojos amarillos. Aparentaba ser un niño angelical con esa mirada. También portaba tres líneas circulares tanto en su cuello como en sus muñecas. Y el último de todos casi te da un paro cardíaco porque sus ojos eran únicos y especiales: color arcoiris. Y su cabello era rubio platino y parecía una persona burlona.

—Ya estoy aquí, Ume —dijiste.

—¡Genial! ¿Te acuerdas de mi hermano? —preguntó, cogiendo el brazo al chico de las manchas en la cara.

—... ¿Gyutaro?

—¡Mira! ¡Hasta te acuerdas de su nombre!

—Si no paras de decirme lo grandioso que es tu hermano. —Una gota resbalaba por tu sien—. Pero no recordaba su cara. Me alegro de verte, Gyutaro.

Kimetsu's Corporation (KNY x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora