𝐗. 𝐃𝐎𝐕𝐄 𝐅𝐀 𝐏𝐈Ù 𝐌𝐀𝐋𝐄

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DIEZ. DONDE MÁS DUELE

Fueron bastante unidos desde el primer momento; una noche estrellada, en una hermosa mansión ubicada en Milán, los consanguíneos Cassano conocieron a quien sería su nuevo hermano

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Fueron bastante unidos desde el primer momento; una noche estrellada, en una hermosa mansión ubicada en Milán, los consanguíneos Cassano conocieron a quien sería su nuevo hermano. Lucrezia y Vincenzo terminaron formando una hermandad envidiable; entrenaban juntos, aprendieron mutuamente su idioma nativo y se convirtieron en íntimos aliados. Pronto estuvieron volviéndose invencibles.

Lucrezia creció siendo protegida por sus hermanos, y ambos hicieron hasta lo imposible para hacerla feliz. Ella conseguía toda ambición empleando aquellas conexiones tan especiales. No obstante, hubo un momento donde Vincenzo y Paolo empezaron una rivalidad, ambos pretendiendo proteger a su querida hermana; fueron traicionados por incompetentes, porque ella terminó independizándose. La primera fractura aconteció cuando el compromiso fue anunciado; nadie quería alianzas matrimoniales inesperadas gobernando la mafia.

Apartándose del negocio familiar, empezando su propio imperio, la principessa abandonó toda conexión especial con los hermanos hasta desvanecerlas por completo. La independencia obtenida trajo consigo incontables consecuencias que supo manejar sola.

Vincenzo destruirá a nuestra familia. —había dicho Paolo.

Según él, Vincenzo pretendía hundirlos para hacerse con el mando definitivo de la mafia, volviéndose un intocable amo. Hubo muchas situaciones donde enemigos buscaron usarlo para sustituir a su propio padre, y nunca aconteció semejante traición. No obstante, estando amparando paradigmas distintos, una situación parecida podría darse intentando obligarse mutuamente a ceder terreno. Era cuestión de estrategias bien accionados, ninguna traición personal. Caminó directo al despacho donde yacía Jang Han-seok, especulando sobre tales perturbaciones con bajo grado de posibilidades.

— ¿Han seo?

Él tenía una preocupante herida adornando su frente.

Tenían días, incluso semanas, sin hablarse o toparse en reuniones formales conjuntas al común interés. Han seo estaba presentando una preocupante hemorragia; su mirada, perdida debido a la melancolía. Inmediatamente, Lucrezia eliminó toda reflexión personal y terminó escoltándolo hacia su propia oficina, ordenándoles a los guardias que despejaran los corredores o conduciría una atemorizante masacre. El muchacho tampoco opuso resistencia, sino permitió su intervención. Porque, aunque estuvieran enfrentando relaciones confusas, confiaba arriesgando sus propios sentimientos en ella.

Han seo tomó asiento sobre un cómodo sillón; sentía absoluto dolor apoderándose de su anatomía, y apenas veía con claridad. Sin embargo, percibió un cálido tacto manipulando la herida; Lucrezia limpiaba esa hemorragia usando vendas esterilizadas, cuidando de no causarle demasiado daño. Supuso que el silencio era buena señal. Estuvo dando ligeros toques buscando desinfestar, después sonrió.

Vita mia, tu inútil hermano pretende matarte.

— Lo siento. No debí haberte preocupado.

LUCREZIA CONTRA BABEL | Jang Han-seoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora