CATORCE. EL JUEGO DEBE FINALIZAR
— ¿La señorita Cassano es una potencial inversionista? ¿De verdad? Quiero decir, ¿no fue todo un teatro para la fiesta ese día?
Con esa nueva información, Seung-hyuk comprendió que no sabía muchas cosas sobre la compañía y quiénes controlaban las inversiones. Todos, menos él, parecían tomárselo con calma. Había una escolta italiana esperando detrás de las puertas principales; un séquito que solo obedecía, sin cuestionar, órdenes de Lucrezia Cassano.
La muchacha estaba situada encima del escritorio, importándole bastante poco ser elegante delante del invitado. Ese día, usaba un vestido azabache por encima de las rodillas, y los cabellos castaños recogidos en una coleta alta. De hecho, cualquiera pensaría que estaba demasiado amargada para musitar palabra alguna; entre sus manos, jugueteaba con el celular desbloqueado de Han seo.
— Lucrezia Cassano ha invertido en esta compañía desde que asumí el mando. —respondió un descontento Han-seok, mirando a la italiana; había más que desprecio asomándose en sus oscuros ojos—. Y fue mordazmente inteligente decírmelo cuando estuve a instantes de matarte, ¿no lo crees?
No recibió respuesta, sino una irónica sonrisa.
— Y sobre el abogado mafioso italiano, no lo persigan. —informó, de repente, el sensato señor Kim—. Es más importante de lo que creen. Es de nivel internacional.
— Apenas nos conocemos y das órdenes. No te metas en nuestros asuntos. —dijo Han-seok entre dientes, enfurecido.
— El señor Park está siendo generoso al darles una segunda oportunidad.
— No necesito su generosidad. —escupió, importándole bastante poco ganarse un nuevo enemigo. No aceptaría humillaciones.
— Tienes razón. La única generosidad que necesitas para mantenerte a flote, seguir manejando esta ridícula compañía, es mi inversión. Los millones de euros depositados esta misma tarde, ¿no?
Estaba jugándose incluso la vida mencionando aquello. Han-seok tenía una mirada oscura, como dos piscinas profundas, y solo mascullaba entre dientes que terminaría matándola. La furia haciéndose presente mientras él intentaba controlarse. Una mujer poderosa utilizando su poder.
— Para ser un chico que envenenó y mató a su padre, eres bastante insolente. —hubo silencio, nadie habló ni respiró; fue un impacto considerable en aquella conversación—. ¿Qué? ¿Creíste que no lo sabía? Te daré un consejo: no toques a la señorita Cassano, porque si creías que el abogado italiano era problemático, no conoces nada sobre tus enemigos. Esta adusta muchacha, ahí donde está, tiene más antecedentes de los esperados, protegida por gente poderosa.
Han seo no pudo evitar mirarla. En realidad, había un montón de cosas desconocidas sobre Lucrezia Cassano, por más «aliada» que fuese. Una mujer que guardaba incontables secretos y siempre estaba armada, poderosa por poseer una escolta vigilándola veinticuatro horas. Nadie, realmente, se había cuestionado quién era ella.
ESTÁS LEYENDO
LUCREZIA CONTRA BABEL | Jang Han-seo
Fiksi Penggemar❝𝐈𝐨 𝐬𝐨𝐧𝐨 𝐋𝐮𝐜𝐫𝐞𝐳𝐢𝐚 𝐂𝐚𝐬𝐬𝐚𝐧𝐨. 𝐒𝐨𝐧𝐨 𝐟𝐞𝐥𝐢𝐜𝐞 𝐝𝐢 𝐜𝐨𝐧𝐨𝐬𝐜𝐞𝐫𝐭𝐢, 𝐇𝐚𝐧 𝐬𝐞𝐨❞ 𝐋𝐮𝐜𝐫𝐞𝐳𝐢𝐚 𝐂𝐚𝐬𝐬𝐚𝐧𝐨, hermana menor del consigliere, ha arribado a Seúl buscando venganza. Sin embargo, contra todo buen juici...