BAILARIN [LawLu]

Trois: L'escola d'Art.

Tres: La escuela de Arte.
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Lu saludó a su madre a través de la foto enmarcada. El día anterior terminaron comprando uno. Salió de su habitación en dirección al baño, entrando para hacer sus necesidades y luego de lavarse las manos, cepillarse los dientes de una manera un poco lenta gracias al cansancio. No sabía realmente qué hora era, quizás las nueve o diez de la mañana. El día de ayer durmió algo pronto.

Al regresar a su habitación recogió su teléfono entre las sábanas y miró la bandeja de notificaciones. Vio mensajes que le animaban a tener un buen día. Respondió con un 'igualmente' y se tomó una foto todavía a medio despertar pero con una gran sonrisa. No es que fuera adicto a tomarse fotos, sólo quería asegurarse de que no pensaran que estaba mintiendo.

También tenía un mensaje de su padre, el cual agradeció su preocupación, pero antes de nada le preguntó sobre la caja de madera que había en sus cosas de ballet. Sabía que era de su madre y tal, pero no entendía la razón por la que lo pusieron ahí. Guardó su teléfono en el bolsillo de sus pantalones de pijama y bajó las escaleras para ir a la cocina. En el camino llegó al comedor, encontrándose con un plato con uno encima y una taza cubierta. Se acercó y vio una nota que decía que era para él. Supuso que fue Sabo. Cuando lo encuentre le agradeceré, pensó.

Arrastró la silla hasta fuera y luego se sentó. Todavía no tenía demasiada hambre, aún así comió el contenido del plato y bebió también el de la taza. Después de ello, lavó los trastes. Hoy decidió que sería un día dedicado y exclusivamente para el entrenamiento. Mañana comienzan sus clases, estaba emocionado y nervioso. No tenía planeado hacer amigos, pero tampoco deseaba enemigos. Lu no era una persona demasiado sociable, pero podías perfectamente llevarte muy bien con él por lo amigable e inocente que es.

Lu subió de nuevo a su cuarto en busca de su ropa de entrenamiento, se bañaría después de este. Se colocó sus mallas negras por encima de su camiseta de tirantes blanco. Agarró sus zapatillas y subió descalzo las escaleras al gimnasio improvisado. Como no había una barra ni espejos, el pequeño monito se lo tendría que arreglar de alguna manera, pero no fue difícil. Estiró todos sus músculos antes de comenzar y como adicional, puso en reproducción la banda sonora de "El lago de los cisnes", un clásico entre clásicos del ballet, que para su gusto no dejaría de ser su obra favorita. Fue la primera obra que intentó practicar, pero se necesitaba una pareja para hacerlo, la cual Luffy no tiene.

No pasaba nada, después de todo, en aquella interpretación no era solo en pareja, había momentos en solitario que el pelinegro sabía recrear a la perfección, pero no sólo vale con eso.

Los ojos de Luffy se llenan de brillos, de emoción, se convierte en otra persona, se convierte en su personaje. Sobre todo a Luffy le encantaba interpretar especialmente al cisne, a Odette. Le encantaría llevar un tutú de plato. Cada vez que veía una obra, siempre pensaba que los trajes que llevaban las damas eran mucho mejores y mucho más hermosos y llamativos que el de los hombres.