BAILARIN [LawLu]

Neuf: Acte I.

Nueve: Acto I.

—¡Estoy nerviosa!—

—Esto está repleto de personas.—

—¿Mi atuendo está bien colocado?—

—¡Nami, necesitamos tu ayuda aquí!—

Es el momento donde una de las clases de diseño de primer año, y la clase de ballet donde Luffy estaba, cooperan para prepararse con el fin de que hoy sea un gran evento, y quizás, algo tan impresionante digno de llamar "inolvidable". Pero eso era desear demasiado, todo un reto que Luffy quería alcanzar, e inclusive, superar. La clase de arte y de carpintería estaban revisando las decoraciones, dándole últimos toques y que todo fuera sostenible. Nadie quería accidentes.

Luffy estaba emocionado y nervioso. Su primer gran evento donde él sería el protagonista, donde tenía que deslumbrar. Pero no era lo mejor de todo ni lo que le ponía más nervioso. El hecho de que su padre y su abuelo asistirán el día de hoy... ¡Shanks también! ¡Incluso Makino!

¿Aún con la peluca lo reconocerían? No era demasiado largo, sólo un poco por debajo de los hombros para conseguir hacerle una coleta alta y decorar su cabello con una flor roja colocada cerca de su oreja. Sus ojos habían sido maquillados, ahora sus pestañas eran más largas. Antes se le había aplicado algo de sombra negra, pero no convenció a la chica pelirroja que lo maquillaba y lo cambió por algo más natural. Sus labios tenían un tono carmesí que combinaba con su vestimenta: la parte superior con mangas cortas y de color negro, que dejaban al descubierto sus hombros y un corte en forma de 'v' y permitía dejar al descubierto un poco por debajo de su clavícula. Un corsé de un tono oscuro decorado con flores rojas y hojas verdes. El corsé era de cuerda, por lo que un lazo se podía apreciar en su espalda.

Lo mejor del traje, para Luffy sin ninguna duda era el tutú. Se le hacía divertido esos toques tan característicos de un vestido de flamenco. Le llegaba algo por debajo de las rodillas. Predominaba el color rojo, pero era visible el los pliegues el negro. Sus medias eran del mismo tono de su piel, pero las zapatillas eran algo más rosadas, sólo un poco pero no era tan importante. Era un atuendo no muy decorado ni sobrecargado, además tenía un toque que hacía que pareciera de época, como el corsé.

—El escenario está listo. Nos tocará en nada. ¿Cómo te sientes?— La voz de Sanji interrumpe sus pensamientos.

Se veía genial con su traje. Fue lo que el pelinegro pensó. El blanco le sentaba bien y la mezcla con el marrón no le estaba para nada mal. Tenía una camiseta blanca por debajo de un chaleco marrón junto con unos bordados amarillos de un tamaño medio que estaban en ambos lados del cierre delantero. Sus medias eran del mismo tono de su chaleco y también había conseguido unas zapatillas del mismo color, haciendo que no se notaran demasiado.

—¡Sin ninguna duda! Pero estaré bien.—

—Lo dices como si no tuvieras miedo a hacer algo mal y arruinarlo todo por completo.—