Capítulo 12

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Sus piernas temblaban, sus manos sudaban y su corazón quería salirse de su pecho.

Ya no sabía si era por lo que estaba a punto de hacer o por las cuatro ocasiones que intentó arrollarlo un auto en el camino.

Perdió el autobús, olvidó sus llaves al salir de casa y por si fuera poco, estaba a punto de mentirle a su amuleto de la suerte para su conveniencia.

ー No podré mentirle por mucho tiempo, solamente espero que no lo descubra tan pronto. ー dijo mientras observaba el enorme edificio frente a él y sostenía el diario de su madre fuertemente en su pecho.

Estaba listo para darle una respuesta al rubio, con todas sus condiciones. Sabe perfectamente que no podrá evitarlo ya que sabe de su existencia.

Le dará lo que quiere y después saldrá de su vida.

Tomó aire y valor y caminó hasta la puerta del edificio.

Era un lugar bastante lujoso, habían muchas personas en el vestíbulo, todos vestidos muy elegantemente. Él apenas se había puesto una sudadera verde con unos shorts beige y sus zapatos rojos de siempre. Se sentía fuera de lugar y que todo mundo lo criticaba.

Encontró la recepción y se acercó para preguntar.

ー Disculpe...

ー Buenos días ー le respondió amablemente la señorita ー ¿Qué desea?

ー Eh... vengo a ver al señor Bakugo Katsuki... ー responde

ー Claro, ¿a qué hora tiene su cita?

ー Él no me dijo que debía hacer una cita... ー murmuró

ー Oh, espere, ¿de casualidad usted es Midoriya Izuku? ーpregunta mientras lee una nota que había a un lado del teclado de su computador.

Izuku asintió.

ー Tengo instrucciones de dejarlo pasar directamente, adelante, es el último piso. ー le dijo, señalándole el ascensor y dándole una tarjeta de acceso.

¿Tiene instrucciones de dejarme pasar? pensó.

Tomó la tarjeta con timidez y sonrió levemente para dirigirse a donde estaban los ascensores. Pasó la tarjeta en la ranura que se iluminaba y este se abrió.

ー Wow, no sabía que esto funcionaba así...
ー dijo sorprendido. Hace mucho no entraba a ningún ascensor, no quería que este se detuviera de repente o peor, se cayera.

Subió y observó los botones, eran demasiados, si la señorita no le hubiera indicado cuál oprimir se hubiera perdido.

Oprimió el último botón y se acomodó para subir, por un momento se sintió afortunado ya que no había nadie más que se subiera con él.

Hasta que olvidó que nunca debe sentirse aliviado por nada.

En ese momento una abalancha de gente se le ocurrió subir también al ascensor.

Entraron tantas personas tan rápido que a él lo dejaron hasta el fondo casi estampado en la pared.

Hubiera tomado las escaleras...

...

Después de un tortuoso viaje de muchos pisos, llegó hasta el último en donde casualmente también iba a bajar toda la demás gente.

Cuando estos salieron, lo arrastraron junto a ellos.

Ahora estaba en el suelo, tratando de reincorporarse. Se levantó desganado y sacudió sus rodillas, estas se habían raspado un poco

Lucky | BNHA | Katsudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora