Primera cita

393 24 9
                                    

Los rayos de sol traspasaban sus cortinas e iluminaban su habitación por completo, la peli-rosa estaba sentada en el escritorio de su cuarto, parecía muy concentrada en lo que hacía; su mirada estaba fija en ese papel en blanco que había frente a ella, mientras que con una pluma en la mano intentaba escribir lentamente, le tomo tiempo pero finalmente había logrado aprender a leer, así que lo siguiente era la caligrafía, se le era sumamente difícil hacer letras cursivas y pequeñas; así que esa misma mañana se determinó a lograr por lo menos escribir una oración.

Su mano temblorosa y su horrible pulso no ayudaban en nada, varias veces su amado le había repetido que era normal, por tantos trabajos de mano que había hecho; pero ella necesitaba esto, necesitaba sentir que podía; con mucho esfuerzo siguió moviendo la pluma, pero su mano no paraba de temblar haciendo que el trazo se viera chueco y desastroso, un instante sin querer presiono demasiado fuerte la punta e hizo que un chorro de tinta manchase todo su trabajo—Ahg—Soltó un quejido de frustración y apoyo su frente en la mesa, ya harta de fracasar en lo mismo, tomo el papel y lo arrugo con odio, tirándolo en el bote de basura de al lado donde ya desbordaban las bolas de papel.

—Hola—La saludó una voz detrás de ella que reconoció al instante, alzó la cabeza y la apoyo en el respaldar de su asiento, donde logro cruzar miradas con ese hombre al que tanto amaba, que estaba parado detrás de ella, tomándola de los hombros, deposito un beso en su frente—¿Qué tal vas?

—Me temo que no sirvo para esto—Se lamentó dedicándole una sonrisa apenada.

Ramón giró su vista hacia el bote de basura dándose cuenta que no era la primera vez que erraba—Vamos, te prohíbo rendirte—Le dijo de forma alentadora, colocándose a su costado.

—Bueno...en ese caso será una mañana larga.

—En realidad...—Habló el azulado tomando la pluma y dejándola en otro lado del escritorio—Estuve pensando que...podríamos tener una cita—La sugerencia hizo sonrojar a Poppy, mirando hacia arriba para encontrarse con él.

—¿Enserio? Pensé que hoy estarías ocupado como estos días—La última semana apenas se habían visto, Ramón había estado sumergido en reuniones y papeleo, se iba muy temprano en la mañana y regresaba tarde en la noche, a veces coincidían en su habitación y dormían abrazados, pero en cuanto a hablar, solo se dirigían unas cuantas palabras.

—Precisamente deseaba tener este día libre para pasarla contigo, claro...si te parece bien—Preguntó con algo de timidez al final, la rosada se limitó a sonreír y acepto de inmediato—Bien, sí que...te veo luego.

Poppy continúo mirándolo enamorada mientras salía del cuarto, casi al instante entro DJ con Wani, sosteniendo lo que parecían unas mantas grandes—¿Qué hacía el señor Timberlake aquí? —Cuestionó la peli-celeste con curiosidad.

—Nada—Respondió la rosa sonrojada—¿Y ustedes?

—No nos hagas caso Poppy, venimos a cambiar tus sabanas, y si se puede, a oír un poco del chisme—Comentó Zuki colocando los gruesos edredones sobre un mueble mientras ambas criadas des tendían la cama.

—¿Enserio tu vida es tan aburrida como para siempre estar pendiente en los dramas amorosos de los demás?

—Sip, gracias por preguntar Wani.

—Bueno no es nada ammm...parece que él acaba de invitarme a una......¿cita? —Dijo con timidez, percatándose que sus amigas habían guardado un sorprendente silencio.

—¿Una cita......RECIÉN!? —La de rastas anaranjadas exclamó con algo de enojo y sorpresa.

—¡Yo creía que ya hasta estaban comprometidos! —Gritó la coreana de igual manera.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 18, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

AgridulceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora