Serendipia [Casi Ángeles]

Flower Power

Después de que Simón los haya dejado en un descampado con Heines y sus hombres,  los alejaron más adentrándose en las profundidades de este, no sin antes hacerles cambiar de ropa.

Les vendaron los ojos y los subieron a una camioneta.

- ¡Vamos! ¡Afueral - les gritaban mientras los empujaban de la camioneta, y quitaban las vendas

- Te dije que soy ciego

- Y yo te dije que soy desconfiado - hablo el tipo quién Sele creía era Heines, los matones recarcaron sus armas

- ¿Qué quieren? - les pregunto el teñido

- Que corran - sacó un arma, y disparo al cielo -¡CORRANI - la pelirosa estaba aterrada pero aún así nadie se movió - ¡¿Quieren morir acá?!

- Para. Para. ¡No! ¡Para! ¡Tiene que haber una confusión aca! ¡Hablemos por favor! ¿Que pasa? - intentaba Thiago dialogar con ellos

- Pasa que si no corren, van a morir acá, pibe

- Sele - Mar miro a la ojiverde como rogando que los salvará pero Selene no tenía fuerzas, su cuerpo al igual que sus poderes estaban debilitados.

- No, chicos, vamos - decía Jaz asustada mientras se aferraba a Tacho

- No

- ¡Vamos! Por favor - le rogó Sele a Gonzalo que la tenía abrazada de forma protectora

- Todo va a estar bien Ojitos. Yo los voy a proteger - le dijo apoyando una mano en el abdomen de la chica

- ¿Que pasa? - pregunto el teñido quien veía preocupado a su amiga

- ¡Callate la boca! - grito la rubia

- Para, para. ¿Son de CC? - preguntó Rama, pero dispararon hacia arriba. Gritaron, y se abrazaron con fuerza - ¡No! ¡No hicimos nada! ¿Por qué vamos a correr?

- Por favor, estoy embarazada - rogaba la pelirosa

- ¡CORRAN!

Ellos se empezaron a acercar a provocando que los chicos retrocedieran

- ¡¿Son sordos!?

- No, ciego. Mire, señor no sé quien lo mando, ni quien es usted. Pero no queremos más esta violencia, por favor,

- ¡CORRAAAAAN! - volvieron a disparar

Sele solo pensaba en su bebé pero también en que ella era la encargada de proteger a los guardianes. Así que se soltó del agarre de Gonzalo aunque él intentará detenerla y se enfrentó a Heines

- No. No vamos a correr. Lo que vayan a hacer háganlo acá - el hombre la miro y por un momento titubeó, una extraña fuerza interna le hacía no querer lastimar a la chica.

Volvió a la realidad cuando lo llamaron. Habló por unos segundos, y luego le tiro el celular.

- Llama. Llama y deci que están bien. ¡Vamos! ¡Vamos! - se fueron