La visión

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Selene apareció frente a aquella casa de campo que tan bien conocía

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Selene apareció frente a aquella casa de campo que tan bien conocía. Una vez allá pudo sentirse en paz por un momento.

El clima estaba más frío pero adentro de la cabaña parecía estar lindo. Su padre estaba afuera cortando leña cuando la vio y sonrió. Esa sonrisa era todo lo que necesitaba, se acercó y él se quitó uno de sus abrigos para cubrirla del clima.

- Selene ¿Cómo estás? - le pregunto mientras la guiaba adentro donde su madre estaba preparando el almuerzo.

Sonrió al ver a ambos platinados entrar y se acercó a abrazar a la joven.

- Ya te extrañabamos. Vení, pasa - ambas se sentaron en el sofá frente a la chimenea donde Jean coloco las maderas que había estado cortando.

- ¿Qué pasó? Algo pasó - le pregunto él al acercarse y percibir las emociones de la adolescente

Ambos adultos la miraban expectantes y ella solo pudo llorar mientras respondía.

- Estoy embarazada

Su madre se llevó las manos a la boca para cubrir un jadeo de asombro y Jean se dejó caer dramáticamente a un sillón individual dándose aire

-Iris... tráeme una presión que se me bajo la coca - hablo nervioso

Su esposa le dio un zape obligándolo a reponerse para acercarse a la joven que todavía estaba muy afectada.

- Princesa, todo va a estar bien - hablo él abrazándola y transmitiendole esa energía reconfortante que aliviaba el alma de la chica

- No siento que sea así - les dijo a ambos llorando mientras su padre tarareaba su canción e Iris acariciaba su cabello.

Pasó un tiempo en el que los tres se reponían y Selene se calmaba para poder contarles todo con más calma.

- ¿Él lo sabe? - pregunto Jean refiriéndose al padre del futuro bebé, ella negó - Ahora lo más importante acá princesa es... ¿querés tenerlo?

¿Quería tenerlo? La platinada había pensado mucho en eso incluso lo hablo con Jaz cuando se lo contó.

Ella lloraba en el piso del baño abrazada a su amiga rubia que intentaba tranquilizarla.

- ¿De cuánto estás alma? - le pregunto la rubia en voz baja para que nadie las escuchara a pesar de que habían cerrado las puertas con cerrojo.

- Casi tres meses - le respondió con la voz quebrada

- Va a ser difícil pero te voy a apoyar y ayudar en todo lo que necesites - le sonrió para reconfortarla

Ella hizo una mueca y se enderezo mirando a su alma mientras secaba sus lágrimas e intentaba calmar su respiración.

- Jaz ... No sé si voy a tenerlo

Serendipia [Casi Ángeles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora