Capitulo 8

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Me costó conciliar el sueño, pero lo logré.
A la mañana siguiente desperté porque Samuel pasaba sus dedos por mi cuello, mientras me veía dormir.

Abrí los ojos, cuándo Samuel me vio, sonrió.

-Buenos días.- dijo sonriendo acomodando un mechón de cabello que caía por mi rostro.

-Que tienen de buenos.- dije quitando su mano de mi rostro, y alejándome de el.

-Amaneciste de malas.- dijo riendo y recargándose en la cabecera.

-¿Quién no lo haría, si esta secuestrada, y la acaban de violar?- pregunté enojada, sin esperar respuesta.

-No digas que fue "violación.." suena feo.-

-¿Y cómo quieres que lo diga?- dije tirando de la sábana para cubrirme, y poder ir por algo de ropa que seguía en las bolsas.

-Pues... no lo sé. Solo no lo digas.-

-Entonces, no lo hagas.- dije caminando hacia el baño, para cambiarme.

-¡Eres mía! ¡Puedo hacer lo que quiera contigo!- gritó desde el otro lado de la puerta.

Cerré la puerta del baño, y me di una ducha. Me cambié, por unos jeans y una blusa negra de tirantes, más un suéter.

Salí del cuarto, y Samuel solo tenía el pantalón de la pijama, y veía la televisión recostado en la cama. Me vio, y se puso de pie. Caminó hacia el baño, pero antes me besó los labios, yo solo lo aventé, y rió.

Salió del baño, solo con una toalla envolviendo su cintura, yo estaba sentada en la cama buscando algún buen canal de televisión.

Sacó ropa del armario, y se sentó del otro extremo de la cama, para cambiarse.

-Me voy a trabajar.- dijo poniéndose una gabardina.

-Aja.- dije sin prestarle atención.

-Adiós linda.- dijo besando mi frente, yo solo di unos golpecitos en su brazo para que se alejara.- No olvides arreglar tu ropa en el armario.

Escuché la puerta de la entrada cerrarse, suspiré, y comencé a sacar toda la ropa de las bolsas. Llevaba dos horas acomodando la ropa, buscando un lugar en el armario de Samuel.
Mi estómago gruñó, no había desayunado, y faltaba poco para la hora de comer.

Bajé las escaleras, y fui a la cocina, para ver que podía comer. Cogí un par de manzanas, y las partí en pedazos pequeños, y puse algo de "chamoy".

Me senté en el living, y prendí el televisor, veía una película, "Resident Evil" la había visto muchas veces antes, moría de aburrimiento.

¿Qué rayos estaba haciendo? Estaba sola en la casa, podía escapar.
Corrí hacia la puerta de entrada, cerrada. La trasera, cerrada. Jardín, cerrada. Todas estaban cerradas.

Estaba por rendirme cuándo vi en una habitación una ventana delgada, por la que cabía, abierta, daba hacia la cochera.
Corrí hacia la ventana, y con algo de dificultad, salí. La puerta de la cochera no tenía llave, así que salí rápido. Corrí sin rumbo por el gran fraccionamiento, buscando a alguien, o la salida, mientras más lejos de Samuel, mejor.

Corría por las calles, estaba por cruzar una calle, desde ahí se veía la entrada al fraccionamiento, estaba por lograrlo. Estaba cruzando la calle, cuando un auto casi me arrolla, por suerte pudo parar antes de hacerlo. El conductor bajó del auto.

Mierda. Era Samuel.

-¿Estas bien?- preguntó mientras bajaba sin ver quien era yo.- Enserio lo sien..- no terminó de decir la frase cuándo me vio.- ¿Ibas a alguna parte?- preguntó serio.

¡Vendida! - Samuel De LuqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora