Caputilo 53

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  Miré a Samuel desde el hombro de Andy, aún abrazándolo, Samuel me sonrió, y asintió.

-Sí.- le dije a Andy, este solo me estrechó más.

-¿También llamarás, cierto?- me preguntó apartándose un poco de mi. Yo solo asentí, y el sonrió.

-Adiós, ___.- dijo mi madre, mientras Andy se hacía a un lado.

-Adiós mamá.- dije abrazándola. Andy y Samuel hablaban, Samuel tenía a Jake en sus brazos.

-Cuídate.- dijo en un susurro. Iba a llorar.

-Mamá, no llores.- le dije abrazándola. –Volveré.- ella solo asintió, y se limpió una lágrima que caía por su mejilla, se separó de mi, y sonrió. Se acercó a Samuel y se despidió de el, incluso de Jake.

Salimos de la casa, Andy y mi madre estaban de pie en el umbral de la puerta, viéndonos partir. Llamamos un taxi, ya que no llevábamos auto. Un taxi pasó después de unos minutos, subimos las maletas en la zona de carga, y subimos.

-Al aeropuerto.- le indicó Samuel . –El conductor solo asintió, y manejó en silencio. Jake se quedó dormido en el regazo de Samuel, quién también estaba por quedarse dormido.

Finalmente llegamos al aeropuerto, bajamos, y yo cargaba a Jake que estaba dormido, pero al bajar del auto, despertó.

-Papi, tengo hambre.- le dijo tirando de su brazo mientras entrabamos al aeropuerto, no habíamos comido nada.

-Espera Jake, te compro algo de comer en un momento, ¿si?- le dijo Samuel, mientras buscaba con la mirada donde comprar algo de comida. –Ahí.- dijo apuntando a una dispensadora de comida. –Vamos a comprar algo.- dijo arrastrando las maletas, Jake tomó mi mano, y lo seguimos. Samuel se paró frente a esta, y cargó a Jake. -¿Qué quieres?- le preguntó. A Jake le brillaban los ojos, eran muchas golosinas juntas.

-Ese.- dijo apuntando hacia un paquete de donitas cubiertas de chocolate. Samuel me miró, y yo solo alcé los hombros. Samuel insertó un billete en la máquina, y presionó algunos de los botones. Las donitas salieron de la máquina, y Samuel se las entregó a Jake. Tardó en poder abrir el paquete, pero lo logró. Comía sus donitas, mientras revisaban nuestro equipaje. Le entregué al hombre mi pasaporte, y el resto de mis papeles, y nos dejó pasar. Subimos al avión, Jake se sentó en la fila de adelante, junto a una niña de su edad, ambos jugaban con un Ipod que llevaba la pequeña niña.

-Me alegra volver a casa.- dijo Samuel después de un suspiro, recargándose en el asiento. –Contigo.- dijo tomando mi mano, sonriendo.

-A mi también.- dije apretando su mano. Samuel sonrió, y me besó. Pasó su brazo por mis hombros, y me atrajo hacia el. El avión descendió, y ambos permanecimos en silencio vario tiempo. Después de un poco de tiempo, me quedé dormida.


-Mami, despierta, ya llegamos.- dijo Jake agitando mi brazo.-Despierta.- abrí los ojos, y Jake estaba en el asiento junto a mi, sobre el regazo de Samuel , que también me veía y sonreía. Sonreí, y bajamos del avión. Pasamos por las maletas, y salimos del aeropuerto. Subimos al auto de Samuel, que se había quedado aparcado en el aeropuerto mientras fuimos a (tu país).

Samuel condujo hacia casa, mientras tarareaba canciones que pasaban en el radio. Al llegar a casa, Jake se esforzó por abrir la puerta trasera del auto, lo logró, y bajó. Corrió hacia la entrada, y aguardó a Samuel dando saltitos. Ayudé a Samuel a bajar las maletas, y caminamos hacia la entrada. Samuel abrió la puerta, y Jake entró corriendo, y corrió a su habitación. Samuel dejó las maletas en el umbral de la puerta, y la cerró detrás de el.

-Volvimos.- me dijo besando mi mejilla. Tomó las maletas, y subió las escaleras. La casa seguía igual a como la habíamos dejado, incluso la chaqueta de Samuel seguía sobre el sofá de la sala. Después de dar un pequeño paseo por la casa, subí a mi habitación, donde Samuel estaba ya dormido, bocabajo sobre la cama. Me recosté junto a el, mirándolo. No se movió durante 10 minutos, estaba profundamente dormido. Apagué la luz, y me recosté junto a el. Desde ahí, mi vida volvió a ser como antes, excepto por las llamadas de Andy y mi madre.






5 meses más. Jake cumplía 4 años, invitó a varios amigos a casa, y nadaron para festejarlo.

-Solo una hora más.- me susurró Samuel en el oído, mientras bajaba las escaleras con toallas, para que Jake y sus amigos salieran de la piscina. Suspiré, y asentí. Fui a la cocina, y preparé palomitas, verían una película mientras sus madres venían. Después de prepararlas, fui a la sala, donde los niños estaban sentados cubiertos con las toallas, viendo a Samuel que ponía la película. Les entregué las palomitas, y comenzaron a comer, la película comenzó, Samuel y yo fuimos a la cocina.

-Estoy cansada.- le dije después de un suspiro.

-Tú no tuviste que cuidarlos en la piscina.- dijo alzando una ceja. –No han de tardar en irse.- dijo.

Yo solo asentí. Después casi una hora, pasaron por el primer niño, el segundo, el tercero... hasta que solo quedamos Jake, Samuel , y yo.

-Mami.- dijo tomando mi mano.- tengo sueño.- dijo frotándose un ojo.

-Vamos a dormir.- dije tomando su mano para subir las escaleras. Fuimos a su habitación, se puso su pijama, y se recostó en la cama. Apagué la luz, y dejé encendida la lámpara de su mesa de noche. Después de pocos minutos, se quedó dormido.

-¿Sigues cansada?- me preguntó Samuel en el oído. Yo solo asentí. -¿No podrías estar despierta... un poco más?- preguntó pasando sus dedos por mi brazo, y besando mi cuello. –Yo sabía que sí.- me dijo sonriendo, tirando de mi brazo, y entramos a la habitación.   

¡Vendida! - Samuel De LuqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora