Capitulo 12

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Deje de reír, y sonreí, sonrojada.

-También te ves linda cuando te sonrojas.- dijo poniendo una mano en mi mejilla.

¿Qué rayos le pasaba? Me gustaba, pero, era raro.

-G..gracias.- dije tomando su mano entre las mías.- Creo..- dije riendo, y soltando su mano, el solo suspiró, y sonrió.

Se hundió en el agua, y de pronto salió, debajo de mi.

-¡Bájame!- dije riendo, el volvió a agitar la cabeza, para sacar el exceso de agua.

Caminó por toda la piscina, conmigo en sus hombros, yo intentaba bajar, pero no podía.

-¡Qué me bajes!- repetí riendo junto con el, tapando sus ojos, con mis manos, y ambos caímos de espaldas al agua.
Seguimos jugando, hasta que el cielo se oscureció, y la luna salió.

-Creo, que es mejor que entremos ya.- dijo sonriendo, yo solo asentí.

Salió del agua, y solo había una toalla, me ayudó a salir, y la puso sobre mis hombros.

-Úsala tu, no tengo frío.- dije quitándome la toalla, pero puso sus manos sobre mis hombros.

-No importa, yo tampoco.- dijo poniendo su brazo sobre mis hombros.- Vamos adentro. - dijo guiándome hacia la entrada del jardín.

Subimos a la habitación, y me duché, y Samuel después. Me recosté en la cama, esperando lo de siempre, que abusara de mi. Samuel se sentó a del otro lado de la cama, apagó la luz, y se cubrió con las sábanas.

-Buenas noches, ___.- dijo abrazándome, yo solo lo miré confundida, y el rió levemente.- Hoy no, descansa.- dijo besando mi mejilla.

¿Y a este que mosca le pico?
Caí en un profundo sueño, igual que Samuel. A la mañana desperté, porque Samuel me movía con su mano, para que despertara.

-¿Qué?- dije fastidiada, tapándome con las sábanas.

-Solo quería decirte que llegaré tarde, saliendo de trabajar iré con unos amigos.- dijo sonriendo. -El desayuno está abajo, servido.

-Sí.., aquí espero, como siempre.- dije bostezando.
Pasé toda la tarde aburrida, viendo televisión, y entré a nadar un poco. Fui a la cama a las 10:00, Samuel aún no llegaba. 2,3,4, no llegaba, estaba.. preocupada.

No podía dormir, estaba esperando a que llegara, cuando escucho la puerta de entrada abrirse.-

-¡Ya llegue!- gritó Samuel alargando el "llegue". Subió al cuarto, y aventó su saco, y su playera, caminaba tambaleándose hacia mi, estaba ebrio. -Ven aquí, linda.- dijo riendo, tirando de mi pie.

-Samuel, estas ebrio, hoy no..- dije intentando alejarlo, pero era inútil.

-Hoy si, hoy si..- dijo riendo, acercándose a mi.
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¡Vendida! - Samuel De LuqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora