Capitulo 50

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-Yo también.- le dijo Samuel besando su nuca. Jake se separó de Samuel, y estiró los brazos hacia mi.

-¡Mami!- gritó lanzándose hacia mis brazos. Me abrazó, y yo a él.

-Gracias por cuidarlo, Andy.- le dije sonriendo. -¿No te molestó?- le pregunté acomodando el largo y despeinado cabello de Jake.

-No, solo no se quería dormir.- dijo mirando a Jake, alzando una ceja, Jake solo rió, y ocultó su rostro en mi cuello.

-Bien, ya nos vamos.- le dije a Andy. -¿No está mamá?- le dije mirando hacia las escaleras.

-No, salió con Maggie.- dijo Andy. Maggie era mi tía.
–Supongo que le contará a todos que volviste.- dijo alzando los hombros. Yo solo asentí.

-Bien, mañana nos iremos, mañana pasaré a despedirme, nos vamos porque Samuel tiene que ir a trabajar.- dijo tomando la mano de Samuel– Adiós Andy.- dije besando su mejilla.

-Adiós.- me dijo sonriendo.- Adiós Jake.- le dijo haciéndole cosquillas, Jake solo me abrazó y rió. – Adiós Samuel.- le dijo estrechándole la mano. Salimos de la casa, y Samuel cerró la puerta detrás de él. Subí a Jake en la parte trasera del auto, y Samuel abrió la puerta del copiloto para mi, como de costumbre. Subí, y después subió él. Arrancamos el auto, y nos dirigimos hacia el hotel.

-Ya voy tarde.- dijo Samuel sin despegar la vista del camino. -¿Te molesta si solo los dejo en la entrada del hotel?- preguntó mirándome rápido, y regresando la mirada al camino.

-Sí, no importa.- dije sonriendo. Samuel asintió, y aumentó la velocidad. Después de pocos minutos, llegamos de nuevo al hotel. –Llegamos.- dijo Samuel deteniendo el auto frente a este. Bajó, y rodeó el auto rápido, y abrió mi puerta. Sonreí. Me encantaba que hiciera eso. Bajé del auto, y Samuelme sonrió.
Abrí la puerta de la parte trasera del auto, y Jake bajó dando un salto, con su pequeña mochila colgando en su espalda. –Los veo en un par de horas.- dijo sonriendo.

-Adiós papi.- dijo Jake tomando mi mano. Samuel le sonrió, y subió al auto, movió su mano para despedirse de Jake, y avanzó. Jake y yo caminamos hacia la entrada del hotel, cuando se detuvo. –Quiero un helado, mami.- me dijo mirando hacia la calle.

-Cuando vuelva papá.- le dije volviendo a caminar. Jake me miró algo triste, y caminó después de mi. Entramos al hotel, y Jake vio a dos pequeños niños que corrían hacia la piscina, lo que le recordó que el hotel tenía una. -¿Vamos a nadar mami?- me dijo mientras caminábamos hacia el ascensor. –Por favor- dijo cuando entramos.

-Está bien.- dije después de un suspiro, mientras las puertas del ascensor se cerraban. Jake solo dio un saltito de felicidad, y esperamos a que las puertas de este se abrieran. Jake corrió hacia la habitación, y espero a que yo abriera la puerta, lo hice, y entró corriendo a buscar su bañador. Lo seguí, y saqué el mío. Después de tener los bañadores, tomé un par de toallas, y bajamos hacia la piscina. Al llegar, Jake se lanzó directo a esta, y lo imité. Comimos algo en la terraza del hotel, Jake tenía hambre, y supongo que Samuel comería en su junta. Jugué con Jake un par de horas, pero regresamos a la habitación, porque Samuel no tardaría en llegar.

-Jake, te tienes que bañar.- le dije saliendo del baño, con el cabello húmedo.

-No quiero.- dijo haciendo un puchero.

-Si no te das un baño, papá no te va a comprar tu helado.- dijo alzando una ceja. Jake me miró enojado, y entró al baño. Lo seguí, y le di un baño.
Estaba molesto, lo que lo hacia más difícil. Después de ducharlo, y cambiarse, estaba sentado en la sala de la habitación, viendo televisión, esperando a que Samuel llegara, lo que pasó casi enseguida.

-¡Llegué!- gritó Samuel en la entrada de la habitación, Jake se giró a verlo, y corrió hacia el.

-¡Papi!- gritó abrazándolo. Samuel lo alzó en el aire, y lo cargó. -¿Me compras un helado?- preguntó Jake ladeando la cabeza,Samuel solo lo miró confundido.

-Todo el día te ha esperado para que le des un helado.- le expliqué. Samuel solo asintió, y miró a Jake.

-Vamos por tu helado.- le dijo caminando hacia la puerta. Me hizo una señal con la cabeza, para que lo siguiera, y lo hice. Salimos del hotel, y subimos al auto, para ir hacia la heladería. Después de varios minutos, llegamos a una heladería grande. Jake se bajó del auto lo más rápido que pudo, Samuel abrió mi puerta, y caminamos detrás de él.   

¡Vendida! - Samuel De LuqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora