17. La Calma.

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Narra Daniel

Una vez entré a la habitación cerré la puerta tras de mi y me tiré boca abajo en la cama, me repetía incontables veces arrepentido de haberle contado esa parte de mi pasado, además de las muchas dudas que habían surgido.

Dale tiempo que lo está asimilando todo, él te ama y no está pasando nada

Pero y sí... ¿Cambió de parecer?, ¿Sí cambió la forma en la que me ve?

No había sido un buen día y eso desde el momento en el que desperté, pero sin duda todo este revoltijo de emociones y tan rápido me ponían muy tenso, aunado a eso el comportamiento de mi pareja después de haberle contado una parte de mi pasado. No sabía en que pensar o al menos si debía hacer algo.

Quise no pensar nada y solamente me dediqué a respirar muy profundamente, queriendo tranquilizarme.

—Todo va a estar bien —dije para mi mismo.

Escuché unos pasos acercarse hacia la habitación seguido de un golpeteo en la puerta.

—Daniel... ¿Puedo pasar? —preguntó Rubén del otro lado de la habitación.

No respondí.

—Voy a entrar —dijo antes de girar la perilla y entrar.

Solo lo escuché acerarse a mi y luego parar, se sentó en la cama y comenzó a acariciar mi cabeza, luego mi espalda.

—Yo también quiero disculparme, disculparme si mi reacción no fue la adecuada o sí esperabas que te dijera algo y no lo hice, en verdad, lo lamento mucho... Y no te voy a mentir, realmente me sorprendió tu historia, el como pasaron las cosas y todo lo que ese... Idiota te hizo, créeme que en aquel entonces sí te hubiera conocido, le habría dado una paliza —hizo una pausa— es solo que no esperaba que alguien con una personalidad tan linda, que hace un estupendo trabajo y que tiene todo un futuro por delante estuviera cargando con todo eso.

Levanté la cabeza y me senté sobre la cama, mirándole a los ojos.

—Eso fue lo que me dejó tan anonadado, el saber que tu, mi lindo y dulce lobito tenía un pasado así y ahora que lo sé quiero que sepas que más que nunca voy a estar para ti, para apoyarte, escucharte y no dejaré que vuelvas a sentirte triste, te lo prometo —dijo sonriente tomando mi mano.

Ante sus palabras había empezado a llorar, comprendiendo sus motivos y espantando todas las malas ideas de mi cabeza, me sentía muy feliz por dentro, lo expresaba con una sonrisa.

—Gracias por todo —dije con algo de dificultad al tener un nudo en la garganta.

Como pudo me abrazó muy fuertemente mientras me llenaba de besos, creo que incluso lo vi a él llorando también supuse que la situación era igual de conmovedora para ambos.

No quise saber nada más, todo estaba dicho.

Mientras tanto, horas atrás...

Narra Máx.

Nuevamente pasó, él no llegó.

Había perdido la cuenta de las veces en las que mi hermano mayor no llegaba a cenar, si no hasta el día siguiente, de alguna manera esto me ponía triste, sabía que tenía su trabajo, sus ocupaciones y hasta su nueva pareja, la cual no me agradaba del todo y menos ahora que le demandaba de su tiempo a mi hermano.

Esperaba en la sala con algo de pizza mientras veía como el reloj avanzaba y no había rastro de mi hermano, ni una llamada, ni un mensaje, nada.

Estaba solo en mi casa, mis padres en viajes de negocios y yo solo quería pasar tiempo con alguien, extrañaba a mi hermano.

Suspiré y tomé un ultimo pedazo de pizza antes de subir a mi habitación, triste y enojado a la vez.

Maldito novio de mi hermano

No me quedó más que esperar al día siguiente, con un poco de suerte regresaría temprano o al menos eso era lo que yo esperaba, tenía que hablar con él.

Dormí esperando reaccionar al primer sonido de la puerta que escuchase, pero aún así desperté y no había rastros de él, así que lo esperé un poco más, él tenía que llegar tarde o temprano.

Horas más tarde...

Me encontraba nuevamente en la sala, mirando la televisión, esperando con algo de enojo, fue entonces que escuché el motor y como se abría la puerta de la entrada. Me levanté algo emocionado aunque después recordé que estaba molesto con él y mi semblante cambió notoriamente, esperé un poco más hasta que finalmente entró a la casa.

—Hey Máx, ¿Cómo estás? —preguntó saludándome con una sonrisa.
—Estoy bien Rubén, te estaba esperando —respondí algo cortante.
—¿Ah sí?, bueno, ¿Qué necesitas? —preguntó.
—Pasa que te estuve esperando ayer para cenar y no llegaste —respondí.
—Oh... Pasé la noche con Dani, por eso no llegué a la casa —comentó.

Sentí como el enojo volvía.

—¿Otra vez?, primero lo traes a la casa y después te vas a dormir con él, ¡estoy cansado de esto! —grité.
—Hey, ¿Qué es lo que pasa, qué problema tienes con Dani? —preguntó Rubén algo molesto por mi comentario.
—Ya te lo dije, no me agrada y te la pasas mucho tiempo con él, ¿Dónde quedé yo?, te vas y me dejas solo aquí todo el día, no me gusta eso, yo quiero pasar más tiempo contigo —respondí.
—Primero Daniel es mi novio y no puedes decir que te cae mal cuando ni siquiera lo has tratado y segundo el pasar tiempo contigo es estar comiendo todo el día mientras vemos la televisión, eso es algo que a mi no me gusta —comentó.
—No quiero ni hablar con el que se encarga de alejarme de mi hermano, lo detesto y aparte... —no pude terminar, Rubén me interrumpió algo enojado.
—¡Él no me está alejando de ti! —gritó.

Me asusté un poco y sentí como se me heló la sangre, no lo había visto así desde hace mucho tiempo.

—Llegas tarde o no llegas y yo me la pasó aquí todo el día solo, ¿eso no es alejarte de mi? —pregunté triste.
—Mira Máx, yo te quiero y mucho porque eres mi hermano y el hecho de que mis ocupaciones me impidan llegar o de plano no llegar a casa no significa que me esté alejando de ti —respondió.
—Claro, ocupaciones, ¿así le dices a estar con tu noviecito? —pregunté enojado.
—Son mis ocupaciones y no tengo porque darte explicaciones —dijo enojado a punto de ir a su habitación.
—Al menos considera lo que te dije —comenté.

Él suspiro y empezó a subir las escaleras.

—Ya veré que hago —dijo.

Volví a sentir enojo, esto no se podía quedar así, aunque siendo honesto no sabía qué podía hacer yo, no tenía ninguna autoridad ante mi hermano ni una forma de hacer que el pasara más tiempo conmigo.

En mi enojo miré que había dejado sus cosas en uno de los sillones y al acercarme pude ver su celular. Lo tomé, vi que tenía un mensaje de "Mi Lobito".

—No soy homofóbico, pero qué horror —dije enojado.

Entonces se me ocurrió una idea, algo con lo que podría deshacerme del novio de mi hermano, y así poder pasar más tiempo con él. Conociendo a mi hermano y su temperamento iba a ser muy fácil.

Sonreí maliciosamente viendo el mensaje en el celular de mi hermano y dije.

—Espero que te hayas despedido de mi hermano, Daniel.

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Hasta aquí el capítulo, espero que les esté gustando el como va la historia, se nos vienen los últimos capítulos al fin jajajaja, gracias por seguir apoyando y siguiendo está historia, por los comentario y los votos.

Nos leemos después :)
—MadSoul345.

Atypical Days (Furry - Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora