8. Miel.

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Narra Daniel.

Una parte de mi no podía creerlo del todo, estaba ahí nuevamente experimentando esa sensación, esa sensación cálida en los labios, esa paz, podía sentir los montones de endorfinas recorriendo cada parte de mi cuerpo dándome una sensación de completo bienestar.

Él era suave y delicado, yo había olvidado un poco el como era un beso, agradecía mucho el hecho de que fuera con él y no con alguien más en una apuesta.

Ambos nos separamos después de unos minutos, nuestra respiración estaba algo agitada y solo nos mirábamos a los ojos mientras sonreímos.

—Daniel, en verdad me gustas mucho —decía el oso algo sonrojado.
—Yo... Eso fue... —realmente no encontraba las palabras para describir el como me sentía.
—Jajaja, está bien Dani, vamos a sentarnos un momento y aclara tus ideas, ¿Está bien? —preguntó tomando mi mano.

Yo asentí y miré como él se sentó cruzando las piernas, tomando aún mi mano me ayudó a bajar a mi y sentarme frente a él.

Lo miraba y podía sentirme realmente afortunado, era el tipo de fursona que siempre había deseado, no era como esos tontos adolescentes indecisos que al final no saben lo que quieren.

Sabía que él me quería y todo eso era lo que necesitaba al menos.

—¿Estás bien? —preguntó Rubén.
—¿Eh?, Oh sí, perdón jajajaja, simplemente estaba pensando, ya sabes —dije y sonreí.
—Ya veo, y, ¿En qué pensabas? —preguntó.

Me sonroje antes de poder pensar en que le podría contestar.

—En que... Me siento afortunado de haberte conocido —dije sonriente.

El oso hizo una cara de ternura y se lanzó a abrazarme, haciéndonos caer a ambos sobre el césped, yo encima de él.

Reímos un poco ante la situación y después nos miramos a los ojos.

—Afortunado yo de gustarle a alguien como tú —dijo sonriente y después besó mi mejilla.
—¿Alguien como yo?, ¿A qué te refieres? —pregunté con una sonrisa aunque un tanto confundido.
—Sí, quiero decir, eres muy especial y tierno, tienes muchas cosas que me gustan y eres divertido —respondió.

No podía evitar no sentirme mejor, todo eso me hacía sentir tan bien, tan especial como nunca me había sentido.

Tales palabras habían llegado tan profundo en mi que al escucharlas pude sentir como mis ojos se iban humedeciendo.

Me senté en el césped cubriendo mi rostro un poco por la vergüenza.

—¿Dije algo malo Daniel? —preguntó Rubén algo preocupado.

Negué con la cabeza sin poder responder aún.

—Tranquilo Daniel, todo está bien, aquí estoy y aquí estamos, es lo que importa, ¿No? —preguntó mientras me abrazaba lentamente.

Me limpié el rostro y lo miré nuevamente, su sonrisa era vitalidad y todo lo que necesitaba.

—Sí Rubén, es lo único que importa —dije sonriendo— es solo que tus palabras fueron muy hermosas, me tocaron profundamente.
—Aw jajaja, eres muy lindo Dani y solo estaba diciendo la verdad —dijo con una sonrisa.
—Tu también te has convertido en alguien muy especial para mí, eres alto, atractivo y el chico más lindo e interesante que he conocido —dije sin despegar la mirada.

Pude ver cómo una sonrisa nerviosa y un poco de pena se hacían presente en él, ahora sabía cómo me sentía.

—¿De verdad piensas eso de mi? —preguntó.
—No lo pienso Rubén, lo creo —respondí.

Rubén en un gesto amoroso acarició una de mis mejillas para plantarme un beso.

Ambos nos quedamos ahí mirando por unos segundos que a mí perspectiva fueron horas, quería ver esos ojos mirándome de esa manera por el resto de mi vida.

Pude escuchar la panza de Rubén rugir que fue lo que mató el momento.

—Uh, creo que tengo hambre —dijo algo apenado.

Yo reí ante la situación y dejé que Rubén se acomodara.

—Como te decía jajaja, una cena con vista a la ciudad —dijo, de la bolsa que tenía en sus manos sacó un par de hamburguesas y un par de sodas.
—¡Vaya que genial! —dije emocionado.
—Oh vamos, no es la gran cosa pero después te llevaré a un lugar mejor —dijo guiñandome el ojo.
—Mientras sea contigo es especial —comenté.

Él sonrió y me pasó una hamburguesa, puso un par de platos en el césped y nos dispusimos a cenar ahí con la ciudad de fondo iluminándonos.

No hubo mucha conversación, si acaso uno que otro comentario sobre la vista o la comida, aparte del choque de miradas muy recurrente entre ambos.

Era un momento especial para mí, podía percibir esa armonía en el ambiente, los ruidos de la noche y el aire acompañaban la velada de una manera también armónica.

Nunca me había sentido tan en paz.

—Oye Daniel —habló Rubén obteniendo mi atención.
—¿Qué pasa? —pregunté.
—Entonces... ¿No has tenido pareja antes? —preguntó.

Pude sentir una leve perturbación dentro de mí y mi corazón, ciertamente le había estado mintiendo sobre eso, pero era para olvidar todo ese pasado mío.

Suspiré algo apesadumbrado y le miré.

—Te seré honesto porque me gustas mucho Rubén... Y quisiera que me escucharas primero... —comenté algo nervioso.

Pude ver como él asentía, aunque ahora tenía una expresión seria en el rostro.

Tragué un poco de saliva antes de hablar y volví a suspirar.

—Tuve una pareja hace ya muchos años, pero fue una de las peores experiencias en mi vida que simplemente... Quise pretender que nunca pasó eso porque necesitaba salir adelante, tenía que soltar todo eso y seguir con mi vida —hice una breve pausa, Rubén se notaba un poco sorprendido— para serte honesto tenía miedo de volver a enamorarme y pues... Te conocí.

Podía ver a Rubén pensativo, como procesando cada palabra que había dicho, en parte me sentía mal por haberle mentido pero sinceramente ya no quería recordar todo eso.

—Es curioso Daniel, porque yo también tenía ese miedo, ¿sabes? —preguntó para acercarse a mi.

Lo miré algo confundido mientras se posaba frente a mi.

—Y al igual que tu, terminé profundamente enamorado de un chico lindo al que conocí —dijo y me fue tomando poco a poco de cintura a manera de abrazo.
—¿Rubén? —pregunté más extrañado que incomodo.
—Shhh —dijo poniendo su dedo en mis labios— y ahora tengo un nuevo miedo Daniel.

Lo miré esperando que continuara, él fue sonriendo levemente.

—Tengo miedo de perderte —dijo.

Por alguna razón esas palabras me remontaron muy profundo en mi memoria, inconscientemente había empezado también a llorar, Rubén no hizo más que acercarme más a él y nuevamente unió sus labios con los míos.

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Hasta aquí el capitulo de hoy, espero que les haya gustado.
Muchas gracias a los que aún siguen esta historia a pesar del periodo en el que no había actualizado y gracias a todos aquellos que votan y comentan.
Procuraré seguir actualizando.

Los quiero <3
MadSoul345.

Atypical Days (Furry - Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora