Capítulo 43

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Las primeras semanas en Namibia, se instalaron en su cabaña del hotel mientras los trabajadores terminaban de pintar la casa, ya que Jungkook no quería que Jimin estuviera respirando ese olor.

Se había convertido en un futuro padre muy protector y Jimin estaba encantado con ese cuidado, por mucho que se quejara.

Al cabo de un mes, cuando tuvieron la casa acabada y amoblada se trasladaron allí definitivamente.

Siwon había mantenido a Jungkook en conocimiento de los avances con respecto a la contratación del nuevo director general, y tres semanas después de que Jungkook y Jimin dejaran la ciudad, Siwon había contratado a Mark Tuan.

Jungkook estaba en el estudio de la nueva casa revisando unos contratos que había recibido por mail cuando su teléfono móvil sonó.

— Jeon — dijo sin reconocer el número del identificador.

— Hola, Jungkook. Soy Seung — escuchó la voz de su suegro.

Sorprendido se recostó contra su silla abandonando los papeles que tenía entre manos.

— Seung — respondió no sin sorpresa.

— ¿Qué tal, Jungkook? ¿Cómo estás? ¿Cómo está Jimin?

— Bien, gracias — respondió cortante. — Estamos todos muy bien. ¿Y tú qué tal?

— Bien, muy bien, cada vez mejor.

— Me alegro por ti. ¿A qué debo tu llamada? — preguntó directamente.

— Necesito hablar contigo, Jungkook. Necesito que me ayudes.

— ¿Yo? ¿Qué te ayude con qué?

— Necesito hablar con Jimin pero su teléfono no responde.

— Jimin ha cambiado su número, ya que la compañía que tenía anteriormente no tenía buena cobertura aquí.

— Dame su nuevo número — ordenó Seung irritándolo.

— Lo siento, Seung, pero no lo haré.

— ¿Qué?

— No lo haré. Cuando Jimin cambió su número, informó de su nuevo número a todas aquellas personas que quería que lo tuvieran. Si no te lo envió a ti ha de ser porque no quería hacerlo. Yo no voy a dártelo si no es lo que él quiere.

— Por Dios — se quejó el hombre. — Déjate de idioteces y dame el número de teléfono de mi hijo.

— No lo haré, Seung. Lo más que puedo ofrecerte es que le preguntaré a Jimin y si él dice que sí entonces te lo daré.

— Ya os podríais dejar de niñerías, vosotros dos.

— Tal vez sean niñerías, Seung, pero yo sólo voy a proteger a mi familia y eso incluye alejar a mi esposo de cualquier cosa que pueda dañarlo.

— Imbécil— espetó furioso. — Habla con el entonces y dame su número.

— ¿De qué quieres hablar con Jimin?

— Quiero recuperarlo.

— No entiendo, Seung. Dices que quieres recuperarlo, pero lo primero que haces es degradar sus decisiones diciendo que son idioteces y niñerías. Déjame decirte que no respetar a Jimin y sus decisiones no es el mejor camino para recuperarlo o valorarlo.

— Vete al diablo, Jungkook.

— Hablaré con él, Seung, es todo lo que haré pero vuelvo a recordarte que no dejaré que lo lastimes. — dijo contundente antes de cortar la llamada.

Un príncipe rebeldeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora