Capítulo 4

8.8K 1.2K 197
                                    

— Entra en la página de TMZ — dijo Hoseok entrando en el despacho de su hermano a la mañana siguiente.

— Disculpa?

Hoseok cogió el teclado girándolo hacia él y tecleó la dirección de la página web de TMZ, una página dedicada a los cotilleos de los ricos y famosos.

Park Jimin estaba allí. Bailando alocadamente con un trago rojo en una mano y un sospechoso cigarrillo en la otra. Llevaba un pantalón de cuero rojo y una camisa negra semitransparente que a duras penas dejaba algo a la imaginación.

Jungkook se excitó con sólo verlo.

La siguiente foto lo mostraba en brazos de Lee Taemin, el nieto del multimillonario Lee Sang Min, dueño de la internacional cadena Lee Hotels. Los brazos del chico lo sostenían pegado a su cuerpo mientras sus manos descansaban peligrosamente cerca de sus glúteos. Ambos reían con descaro.

— Mierda! — gruñó Jungkook.

— Lo sé — reconoció Hoseok. — No entiendo que alguien pueda relacionarse con ese cerdo. — Lee Taemin era un conocido mujeriego que había sido detenido por abuso sexual pero había salido sospechosamente inmune de esa acusación, cuando la víctima retiró la denuncia.

— Lo hace para cabrearme.

— Qué quieres decir?

— Ayer hablé con él.

— Ayer? — preguntó su hermano sorprendido. — Y qué te dijo?

— Le dije que Seung lo desheredaría si continuaba con ese comportamiento.

— Y?

— Me dio a entender que le importaba un carajo.

— Aquí tienes la prueba de que le importa un carajo.

Jungkook cogió el teléfono y marcó el número de Jimin.

— Diga? — respondió con voz somnolienta.

— Te crees muy gracioso, verdad?

— Disculpa? Quién eres?

— Sabes bien quién soy. Soy Jeon Jungkook. Qué te crees que haces al dejarte ver con un tipo como Lee Taemin?

— Oh, Lee Taemin — rio él. — Es guapo, no crees? Siempre quise conocer a alguien que tuviera un imperio hotelero a su nombre. Ahora sólo me falta un príncipe. — rio burlón.

— Me parece que no entendiste nada de lo que hablamos ayer.

— Claro que sí. Me dijiste que no consumiera drogas. Te prometo que no lo hice, tal vez un poco de cannabis, pero eso no es ilegal en este país, o sí? Oh, no, eso era en Ámsterdam — dijo con fingida inocencia infantil.

— Te dije que dejaras el comportamiento escandaloso, — dijo evitando su provocación sobre drogas — y te puedo asegurar que Lee Taemin es escandaloso.

— Sí? Por qué?

— No te hagas el idiota conmigo, estuvo acusado de violación.

— Pero resultó inocente, no?

— No. La chica retiró la denuncia.

— Entonces sería inocente.

— Te quiero mañana a las nueve en mi despacho.

— Hey, guapo, quién eres tú para darme órdenes?

— Quieres que le diga a Seung que te llame para darte esa orden?

— No hace falta — bufó molesto. — Te veré mañana — dijo antes de cortar la comunicación con rabia.

Jimin tiró el teléfono sobre el sofá furioso.

Un príncipe rebeldeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora