Capítulo 19

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Jimin se despertó rodeado por los brazos de Jungkook

Se giró dentro del círculo de su abrazo para quedar frente a él. Un mechón cobrizo caía sobre la frente de Jungkook, dándole una imagen tierna, casi infantil.

La noche anterior había sido sin lugar a dudas, la mejor de su vida. Jungkook era un amante cariñoso y dedicado, y hacer el amor con él había sido lo más maravilloso que Jimin había vivido. En ese momento se alegró de haberse mantenido virgen hasta entonces. Estaba seguro que la primera vez, no hubiera sido igual con otro hombre.

Por primera vez en mucho tiempo sintió que podía llegar a ser feliz, aunque nunca lograse que su padre lo amara. Sentía que ya no lo necesitaba. Si tenía a Jungkook, no lo necesitaba.

Recorrió con sus dedos el pecho desnudo del chico, viendo como suavemente se tensaban sus pectorales.

Cuando levantó la vista hasta el rostro de Jungkook, le vio despierto observándolo con una suave sonrisa.

— Lo siento — se disculpó completamente sonrojado. — No quería despertarte.

La sonrisa de Jungkook se hizo más profunda y con el brazo que mantenía en la cintura de él lo acercó.

— Puedes hacer lo que quieras conmigo — susurró hundiendo el rostro en el cabello del chico.

Jimin se acurrucó contra él pasando su brazo alrededor de su pecho.

— ¿Cómo te sientes, pequeño? ¿Has descansado?

— Mmm, sí. Me siento muy descansado. Hacía mucho que no dormía tan bien — confesó.

— Y eso ¿a qué crees que se debe? — preguntó sonriente.

— Supongo que la cama me resultaba demasiado grande y espaciosa.

— Mmm — se burló él empujándolo sobre su espalda para recostarse sobre él. — Tenemos que encontrar la solución para que vuelvas a dormir bien todas las noches... — sugirió bajando la cabeza para dejar un reguero de besos por su cuello y su mandíbula. — ¿Sabes qué otra cosa ayuda a dormir muy bien?

— ¿Qué cosa? — indagó estirando su cuello para darle mejor acceso.

Jungkook bajó sus labios por su cuello y su pecho hasta alcanzar un pezón rosado y tomar con su boca el rugoso y erguido montículo.

— Los orgasmos — explicó.

— ¿Tú crees?

— Estoy seguro.

— No puedo asegurarlo. No tengo mucha experiencia en ese tema — sonrió seductor.

— Pues deberemos ponerle solución a eso.

Acostado sobre él se acomodó entre sus piernas. Con sus labios y su lengua acariciaba y presionaba sus pezones enrojeciéndolos e irguiéndolos.

Deslizó una mano por su vientre. Sus dedos lo acariciaron dibujando incitantes círculos en sus muslos. Con los nudillos le rozó el vello púbico. Jimin contuvo el aliento, expectante.

Lentamente, él bajó por su cuerpo hasta detener su rostro sobre su erección, dejándole sentir su cálido aliento a la vez que, con las manos acariciaba lentamente de arriba abajo.

El aire frío chocaba contra sus pezones erizándolos con la humedad que la boca de Jungkook había dejado allí. Mientras tanto la cálida lengua de Jungkook avanzaba lenta pero inexorablemente por su pene.

Jimin jadeó excitado y tembloroso.

— Vamos, cariño — lo instó él sin dejar de chuparlo. — Eso es, cariño, mójate para mí.

Un príncipe rebeldeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora