El despertador repicaba en la mesita de noche. Jungkook estiró la mano para callarlo, gruñendo somnoliento.
— Mmm, ¿Qué hora es? — murmuró Jimin adormilado.
— Las siete — le informó atrayéndolo contra él.
La espalda del chico quedó pegada contra su pecho, mientras las manos de Jungkook descansaban sobre su vientre plano.
Se quedaron tumbados en la cama ignorando el reloj, hasta que el teléfono de la habitación repicó media hora después.
— Mmm, ¿quién es? — se quejó Jimin a la vez que Jungkook se estiraba para contestar.
— Supongo que serán de la recepción para despertarnos.
— Que se vayan al diablo — sugirió Jimin haciéndolo reír.
Las dos semanas que inicialmente duraría la luna de miel se habían convertido en tres, pero lamentablemente, habían llegado a su fin.
Llevaban tres semanas en Bora Bora, en la polinesia francesa y ese día viajarían rumbo a Seúl.
— Cariño, me temo que tenemos que levantarnos — dijo apretándolo contra él cuando colgó el teléfono. — Tenemos tres horas para prepararnos y estar en el aeropuerto. No quiero tener que correr.
Jimin restregó su trasero contra él sintiendo la dureza de su miembro erguido contra sus glúteos.
— No quiero volver — gimió el girándose para quedar recostado de espaldas.
— Ni yo — reconoció volviéndose a besarlo. — Pero esto ya lo hicimos la semana pasada, no podemos quedarnos una semana más.
— ¿Por qué no? Nada se parecerá a esto.
— Desde luego que no, pero te prometo que volveremos.
— ¿Y para qué volver si podemos simplemente quedarnos? — ofreció pasando sus brazos alrededor del cuello de Jungkook y atrayéndolo para dejarlo acostado sobre su cuerpo.
— Ja — rio él. — Es tu culpa, señor Jeon. Tú insististe en que yo fuera el representante de la fundación en Park, ahora no tengo más opción que presentarme allí.
— Mmm — gimió. — ¿Y si cambiáramos de opinión?
— Ya es tarde para ello. Además quiero volver a la civilización.
— ¿Por qué? ¿No tienes ganas de estar conmigo aquí?
— Mientras esté contigo me es igual si es aquí o donde sea, pero creo que ya es momento de ver un médico ¿no te parece?
Habían dejado Namibia al día siguiente de la boda, después de desayunar con la familia.
Aunque Jungkook había insistido en ver un médico antes de dejar el país, Jimin le había convencido de que todo estaría bien. No obstante, había accedido a hablar con Zhan para que tranquilizara a su marido, aunque hubiera preferido no tener que contar aún sobre su embarazo.
Zhan, después de felicitarles profusamente insistió en realizarle una ecografía de urgencia, aprovechándose de su posición preferente en el hospital de la ciudad.
Con tan poco tiempo, apenas se podía apreciar el saco gestacional, pero Zhan le aseguró que no tenía por qué haber ninguna complicación por el viaje, siempre y cuando se cuidara de realizar grandes esfuerzos.
Jimin estaba convencido de que todo estaba bien, pero Jungkook insistía en comenzar con las visitas al médico cuanto antes.
— De acuerdo. Aunque sabes que no quiero quedarme mucho tiempo en Seúl.
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Un príncipe rebelde
FanfictionEl último escándalo del heredero. Esa última portada sería el comienzo de su historia de amor. ¿Qué iba a hacer Jungkook con un niño problemático y caprichoso? ¿Qué iba a hacer Jimin con ese chico serio, arrogante y autoritario? Drogas, alcohol...