Capítulo 4

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_ No tienes que llegar a amarme._ no toma consejo el hombre._ Con que llegues a mirarme como mi padre Alexander mira a mi padre Blake, me conformo.

Parece que este hombre es la terquedad personificada. Ya entenderá cuando vea pasar los días, meses, o incluso años, y se vea atrapado con alguien con un corazón de hielo.

_ Me disculparán, pero me tengo que retirar primero._ se levanta disculpándose Mew.

Se despidió de todos y luego se acercó hasta mi silla._ Nos veremos otro día bonito._ dijo suavemente, sin llegar a ser ruidoso, a pesar de que me lo dijo en el oído. He notado que su voz no me provoca irritación como las demás. Algunas veces me gustaría silenciar al mundo para sentirme a gusto. 

Cuando dejó de estar a mi lado me sentí extrañamente... con mucho frío. Como si hubieran bajado la temperatura del lugar._ ¿Qué pasa bonito?_ me pregunta y no puedo evitar mirarlo confundido. Pensé que ya se iba y todavía me sigue haciendo plática.

_ No me pasa nada._ dije estoico._ Pensé que ya te ibas._ dije, y él me miró extraño.

_ Gulf, hijo, tal vez si le sueltas la muñeca él podría irse._ me dice mi padre e inmediatamente bajo mi mirada hacia nuestras manos.

Dios, ¿en qué momento yo lo he sujetado?

_ Oh._ dije y lo solté. No me disculpe ni nada, solo pretendí que no hice nada. Ya tenía suficiente con las miradas pocas discretas que me estaban dando todos.

_ No te preocupes, bonito._ me dice consolador el idiota._ Este cuerpo muy pronto te va a pertenecer por completo.

_ Mejor lárgate ya._ digo un tanto fuera de balance. Este tipo es de lo peor.

Mew al fin se fue y luego de unos 20 minutos más todos nos retiramos a nuestras casas. _ Espero te puedas dar la oportunidad de conocer a mi Mew._ dijo en modo de despedida el señor Blake. Y en vez de dejarle claro que no tengo ninguna intención de conocer a su presumido hijo, solo asentí ante sus palabras. No nada más soy un psicópata, pero también estoy loco para colmo.

Diez días pasaron ya de esa dichosa cena, y Mew en ningún momento se ha vuelto a comunicar conmigo. Tal vez pudo entender que lo mejor para él es mantenerse alejado del problema que represento o quien sabe. De todas formas, es mejor así. Me gusta mi soledad y no sé si hubiera podido ser capaz de convivir con alguien sin volverme loco. Debo de recordar que esa fue la razón por la que tan pronto cumplí los 18 años de edad me fui de casa. Todo era demasiado ruidoso con mi madre y los sirvientes. Y no sería bueno que volviera a cometer la barbaridad que le hice a mi madre cuando pequeño. Ni que hablar del gato, que no tuvo una buena suerte. Que en paz descanse.

Escucho el timbre de la casa sonar y me extraño. El timbre nunca había sonado, ya que cuando mi madre o padre me vienen a visitar siempre me avisan por mensaje cuando ya están aquí.

_ Entrega para el señor Kanawut de parte de Mew Suppasit._ me dice un hombre de unos 50 años, tan pronto abrí la puerta. El hombre venía sujetando un arreglo floral de rosas negras. Firmé los papeles de entrega y el hombre me dio el arreglo floral.

¿A quién demonios se le ocurre enviarle flores negras a una persona?_ cerré la puerta detrás de mí y luego me dispuse a botar las flores, pero una delicada y bonita tarjeta me lo impidió.

"Espero que las flores te gusten, bonito. Pensé que las flores negras te gustarían, ya que no son brillantes y coloridas como las flores regulares. Espero puedas cenar conmigo esta noche a las 8:00 pm.

Con amor,

tu futuro esposo, Mew Suppasit"

Reflexionándolo bien, el tipo tiene razón. Estas flores negras son bastante bonitas, pero a la vez son apagadas y tranquilas. Lo que no me provoca dolor de cabeza como las demás flores que con sus alegres y coloridos colores llaman tanto la atención que pueden resultar bastante ruidosas.

Sin embargo, ¿qué demonios le hizo pensar que yo aceptaría salir a cenar con él? Ni loco vuelvo a salir en este mes a un estridente y bullicioso restaurante. Ya tuve suficiente por este mes.

Y cumplí mi palabra. El resto del día me la pasé traduciendo un libro bastante extenso del mandarín al inglés. La verdad es que no fui a la universidad, pero siempre he sido muy bueno para aprender idiomas rápidamente. Bueno, creo que es porque cuando pongo mi mente en algo no paro hasta que logro lo que quiero. Cueste lo que cueste.

El timbre de la casa vuelve a sonar por segunda vez el día de hoy. Me aseguraré de quitarlo mañana a primera hora._ ¿Qué haces en mi casa?_ pregunto irritado tan pronto abro la puerta.

_ Tenemos una cita, bonito._ responde con una suave sonrisa.

_ Que mal por ti que asumiste que yo iría a esa maldita cita porque no voy._ digo y trato de cerrar la puerta, pero Mew mete la pierna.

_ Gulf, bonito, no me dejes plantado, ¿por favor?_ me pide haciendo ojitos.

¿De verdad cree que esa mierda va a funcionar conmigo? Eso solo me da más ganas de cerrarle la puerta en la cara. Y eso justo iba a hacer, pero me distraje un momento con sus ojitos de cachorro, y entró a la casa.

_ Mew ya te dije que no quiero salir a ningún lado. Estar en un restaurante bullicioso no es lo mío._ cruzo mis brazos y pongo mi típica expresión irritada.

_ Nadie dijo que para tener una cena tenemos que salir de esta casa, bonito._ Mew levantó sus manos mostrándome lo que parece ser bolsas con comida. Ni idea de como no vi esas dos grandes bolsas que Mew lleva en la mano._ Solo dame dos minutos y todo estará listo para nuestra cita.

Dicho eso se fue a la pequeña sala de mi casa, mientras yo lo seguí y me quedé de brazos cruzados en la puerta observando todos sus movimientos. De la bolsa sacó unas velas color violeta claras, unas rosas blancas que puso en medio de la pequeña mesa de cristal que tengo en la sala, y luego sacó unos platos de comidas con fruta, pasta con pollo, y unos lava cake.

_ Tienes algunas copas de vino._ alza su castaña mirada a la mía. 

_ Cocina._ suelto y él me sonríe levemente. Pasa por mi lado y va en busca de las copas. 

_ Veo que viniste preparado con todo._ digo mientras él sirve vino rojo en las dos copas.

Él me mira por unos segundos, como si estuviera pensando en hacerme una confesión, pero no se atreve.

_ Digamos que te he investigado un poco._ confiesa acercándose a mí y desdoblando mis cruzados brazos. _ En el restaurante me dio mucha curiosidad tu persona. Fui allí con la intención de rechazar esa idea elocuente de casarme para ser el niñero de un crío problemático. 

_ ¡Problemático tu culo imbécil! Entonces, ¿qué demonios haces en la casa de un crío problemático con tu cenita barata de telenovela?_ le reclamo tratando de alejarme de su tacto. 

_ Porque eres una cosita hermosa. Y desde que te vi allí, en ese restaurante, irritado por el sonido que hacían todos al comer o sus conversaciones alegres y escandalosas, supe que eres mío para cuidarte._ definitivamente no soy con el único con problema aquí.

_ No necesito que nadie me cuide Mew. Soy un hombre adulto.

_ Lo sé. Y uno muy guapo, por cierto._ me sonríe entrelazando nuestras manos. _ Damos una oportunidad seriamente, por favor.

_ Yo no sé, Mew. Las veces que he tratado de convivir con personas o incluso animales no termina bien._ confieso con miedo. Sé que apenas conozco a este hombre, pero algo tiene, que con solo mirarlo, me hace querer rendirme ante él y sus demandas.

_ Tu padre tiene razón, bonito. Yo no soy como cualquier otra persona._ dice y luego pausa._ Yo soy un psiquiatra certificado._ termina de decir y me pone los pelos de punta.

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¡Hola!

Aquí otro capítulo.

Hasta mañana,

❤️ E.R ❤️





































Sweet Lies (Libro N°2- Saga Psicópatas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora