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_ ¡Realmente no tengo idea sobre que hacer con este niño!_ gritó furiosa la administradora del orfanato New Hope.
Esta escena se repetía básicamente a diario en New Hope debido a un niño travieso que amaba hacerle travesuras a los demás niños. Las travesuras iban desde ponerle animales muertos en la cama de sus compañeros..., hasta arañas peligrosas vivas.
Todos los niños de aquel lugar le tenían un miedo espantoso al huérfano Mew. Que sin ninguna pena o arrepentimiento se encargaba de hacerles la vida imposible cada día, sin faltar.
No solo los niños eran víctimas de las jugadas de Mew, pero también los trabajadores del lugar. Una vez empujo por las escaleras de aquel lugar a la encargada simplemente porque esta quiso tener una charla con el chico sobre su mal comportamiento. Cosa que a Mew no le pareció porque él no necesitaba esa charla y odiaba cuando alguien le dirigía la palabra
Tanto era el temor que todos le tenían, que rezaban cada día porque el niño fuera adoptado y nunca más lo volvieran a regresar. Pero lamentable, cada pareja que decidía adoptar al niño, lo devolvían a la semana. Horrorizados por el atroz comportamiento del chico. Pareciera que Mew hacía todo lo posible por regresar a aquel lugar, pues la sonrisa burlona que le daba a la directora, daba prueba de ello. Sin embargo, cada tormento llega a su fin o bueno..., encuentra otro lugar para atormentar.
Para fortuna de todos en New Hope, una pareja conformada por dos hombres llegó un día a su puerta y uno de ellos se interesó enormemente por Mew. Mientras que el otro hombre solo observaba al chico sin disimulo y una mira sospechosa.
La encargada solo rezaba para sus adentros porque al fin se llevaran al demonio, como ella solía llamar a Mew. Y casi llego a desmayarse cuando el que parecía más jovial de los dos hombres dijo:
_ ¡Alexander, adoptemos a esta hermosura, por favor!_ había gritado a su esposo.
La sonrisa que el joven Blake tenía en el rostro casi hacía sentir culpable a la encargada por no dejarle saber a la pareja lo que había mal con el chico. Bueno, a pesar de todo, ella tampoco sabia lo que había mal con el chico, ya que los recursos del orfanato eran pocos y ella, para ser honestas, no se atrevió a indagar más con la salud del chico porque le tenía miedo al resultado.
_ Se hará como desees._ fue lo único que dijo el otro hombre estoico.
Blake miro a Mew cándidamente y le preguntó _¿Te gustaría ser nuestro hijo pequeño Mew?
Mew sonrió travieso. Visualizando en su cabeza la reacción del sonriente hombre y la encargada del lugar cuando él contestara que no deseaba irse con la pareja. Sin embargo, sentía unos pares de ojos haciéndole un hoyo en la espalda. Cuando se volteó sobre su espalda no se sorprendió cuando el hombre detrás de él le dio una mirada de advertencia. Básicamente diciendo: atrévete a decirle que no a mi esposo y serás carne muerta. Mayormente, Mew no es de los que le teme a los adultos, pero por alguna razón con aquel hombre llamado Alexander fue diferente. Mew sintió dentro de él que ese hombre podría cumplir su advertencia si él le decía a Blake que no deseaba ser su hijo. Por lo que no tuvo más opción que convertirse en un Suppasit.
A las semanas de pertenecer a esa familia, Mew se dio cuenta de que ellos realmente se querían, a su manera, pero lo hacían. Pero como en toda familia, siempre hay secretos. Por ejemplo, cuando su padre Alexander lo llevo a hacerse análisis a un laboratorio sin contarselo Blake. Y menos le contó que salió como resultado que Mew padecía de psicopatía.
_ Ni te atrevas a contarle esto a tu padre Blake._ amenazó Alexander a su hijo._ Ya suficiente tiene conmigo, pero qué habilidad tiene Gulf para enamorarse de psicópatas. No le basto con un esposo, pero también ahora un hijo._ había dicho entre dientes, completamente irritado.
A Mew no le quedo de otra que comportarse como un hijo obediente. No solo por las amenazas de su padre, pero también porque él sentía que podía encajar en esa familia. Todos de alguna manera estaban jodidos como él. Fingiendo ser totalmente correctos cuando no era así. Si no, pregúntenle a Blake que pretendió durante años no saber que Mew padece de psicopatía.
Mientras que Mew tiene que aguantarse todas las advertencias pasivas agresivas de su padre Alexander para que no meta la pata y termine haciendo llorar el corazón ingenuo de Blake.
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_ No me importa nada de lo que has confesado. No pienso dejarte ir. Por lo que te sugiero que planees una pedida de manos inolvidable, si no quieres quedarte sin tu amiguito._ dijo esto último mirando la entrepierna de Mew.
_ No es momento de ser terco, bonito._ dijo Mew resoplando. Ya cansado de explicarle a Gulf que no podían estar juntos.
_ No veo el porqué, no. No me importa que solo te me hayas acercado por la empresa de mi padre, pues sé que ahora de verdad estás enamorado de mí y si no lo estás, realmente está bien. Claro está, mientras sigamos teniendo esta química sexual arrolladora. Mejor déjame no pensar en sexo, que te salto encima y te devoro._ dijo risueño Gulf.
_ Solo te falta devorarme porque por si no lo has notado ya estás encima de mí._ soltó Mew con una sonrisa.
Gulf está sentado en el regazo de Mew con sus brazos rodeando el cuello del mayor, mientras este está sentando en la silla de su oficina.
_ Pequeño detalle._ sonrió Gulf.
Mew y Gulf de verdad que son una pareja de extraños, no solo por sus peculiares padecimientos, pero también porque, ¿quién demonios discute con su pareja sobre terminar la relación en tan romántica posición?
_ Hablando en serio, bonito. Toda tu vida has tratado de sobrellevar tranquilo tu condición entre las cuatro paredes de tu casa. Pasando desapercibido y en calma. Yo no quiero ser un egoísta y robarte tu calma y paz. Nunca me lo perdonaría Gulf. Para mí tu tranquilidad y seguridad es lo primordial. Por eso lo mejor es que no estemos juntos. _ explico con pesar Mew.
_ Hay algo más que no me estás diciendo, ¿verdad?_ cuestionó Gulf y Mew solo pudo asentir en respuesta._ ¿Es muy grave? ¿Me lo dirás?_ siguió cuestionando Gulf.
_ Si y no, bonito. No es muy seguro que lo sepas. Lo único que diré es que si lo supieras no sé si ahora mismo estuvieras tan tranquilo entre mis brazos._ confesó Mew acariciando una de las mejillas de Gulf.
_ El que no entiende aquí eres tu Mew. Podrías hasta matarme aquí mismo y yo elegiría volver a conocerte en otra vida si se pudiera. Así de mal estoy por ti._ dijo esto último para luego unir sus bocas en un beso necesitado.
_ Muy pronto te arrepentirás de esto, bonito._ advirtió Mew para luego subir a Gulf sobre su escritorio.
_ Puede ser, pero ahora mismo lo estoy disfrutando de lo lindo. Así que solo fóllame y olvidémonos de todo..., aunque solo sea por este momento
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Lamento haber desaparecido. En las próximas semanas trataré de finalmente terminar con esta historia.
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Sweet Lies (Libro N°2- Saga Psicópatas)
Short StoryGulf Kanawut fue diagnosticado a su corta edad de 10 años con el trastorno de psicopatía. Años después, Marcos Kanawut, padre de Gulf, se da cuenta de que tiene cáncer y en un intento de no dejar a su solitario y peligroso hijo sin ninguna persona...