conflicto

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Suspire; no era esto lo que tenía planeado. Pero ya no estaba dispuesto a seguir provocando que Marc se sintiera incómodo.

Miraba su mano mientras esperábamos que mi madre abriera la puerta. Pensé en tomarle de la mano y decirle a mi madre "somos novios. Soy muy feliz por primera vez en mi vida". Pero al mirar el rostro de Marc, comprendo que no le haría el más mínimo de gracia. A mí tampoco, solo quiero recuperar esa cercanía que siempre teníamos.

Mi madre nos abrió la puerta con una hermosa sonrisa. Vestía un traje elegante y olía muy bien.

—Está muy hermosa, señora Annette —Dijo Marc, a la vez que entraba. Hizo su esfuerzo por no parecer incómodo, pero mi madre y yo lo notamos.

Mi madre me mira, cuestionándome. Nos comentó que iría a una cita esta noche y que ya estaba de salida, para intentar salir del paso. Sabe que es mi asunto y no me dirá nada hasta que yo mismo le cuenta.

Ella me abraza a mí y luego a Marc, a él le susurra algo que puedo puedo escuchar de igual forma:

—Cuida de Nathaniel por hoy. Quédate a cenar y llámame para saber si él también comió. Ayer por la noche no cenó nada y tampoco desayunó hoy.

—Para, mamá. Das demasiada información —Proteste molesto y sin querer mirar a Marc ni decir más nada, me despedí de mi madre y me fui a mi cuarto.

Luego de entrar, me di cuenta que Marc no me había seguido. No tengo dudas, mi madre le habrá dicho más cosas sobre mí a Marc que no quiero que sepa; no soy un niño. Mi madre solo hará que Marc se preocupe.

Todo esto que está pasando es culpa mía. ¿Cómo puedo ser tan estúpido y hacer pasar a Marc un mal rato tras otro?

Me recoste en mi cama y escuché la puerta abrirse. Marc caminó hacia un lado de la cama con una bandeja en las manos y la dejó sobre la mesa de noche. Después se sentó junto a mí.

—¿Qué es eso? —Pregunté sin ánimos.

—Queso y jugo. No debes comer mucho hasta la cena, pero no puedes estar sin comer todo el día —Me explicó despacio, de la misma forma en que hablaba cuando estaba molesto por algo—. Nathaniel, ¿crees que no noté que casi no diste bocado en el almuerzo?

Así es Marc, atento a todo, como siempre. ¡Pero no tengo nada de hambre! Mi cuerpo tiene mucha tensión encima; sé que vomitaré si pruebo algo más que un helado.

Marc tal vez crea que estoy me estoy enfermando por no tener apetito, pero en verdad no lo estoy.

No soy capaz de mirar a Marc y él tampoco me dirige la mirada. Sé que es mi responsabilidad el decir algo, pero no encuentro palabras. Tal vez sea mejor ser directo con él.

—Me gustas —Dije en voz baja—. Y lo siento por causarte tantas molestias.

—No me molestas —Respondió rápido—. Pero, Nath, no puedes solo mirarme y estar a punto de besarme y ya luego no escribirme para aclarar las cosas. ¿Te parece bien ir jugando con mis sentimientos?

—¡Te equivocas, Marc!

—Y —Me interrumpió—, no eres el único que se ha sentido mal desde ayer —Susurró. Llevó su mano a la boca y comenzó a temblar.

Me asusté y quise acercarme, pero Marc se alejó de mí.

—Nath, cuando te hablé de mis sentimientos, no esperaba que me correspondieras al instante. Pero eso no quiere decir que tolere que primero me pruebes y luego decidas si quieres estar conmigo o no.

—Marc, no. No quise lastimarte —Dije nervioso, al borde de las lágrimas igual que él—. No fue intencional el querer verte así, se que fue un accidente lo que pasó y luego yo fui... un completo idiota.

»Soy un idiota. Me lo he repetido todo el día. Y tienes todas las razones para estar molesto —Me quedé en silencio. No sé qué estoy diciendo, tengo miedo a decir una estupidez más grande—. Y, también sé que, aunque puede no ser suficiente, realmente me gustas y quiero estar contigo.

Marc sollozo y yo también lo hice. Muy rápido comencé a llorar como un niño pequeño y mi imagen de Marc se tornó muy borrosa; sentía mucha vergüenza. ¿Qué tan patético podía ser?

—Nathaniel. Estar enojado contigo duele mucho.

Mordí muy fuerte mi labio inferior y tomé el valor suficiente para lanzarme encima de Marc y abrazarlo.

No quiero verlo llorar más, yo tampoco quiero llorar pero, sentirme correspondido ahora después de toda esta distancia, ciertamente es reconfortante para mi y estoy seguro que para él también lo es.

No dijimos nada hasta que ambos nos sentimos calmados y ya no podíamos llorar más. O tal vez sí, pues Marc terminó limpiando con su cacheta todo el desastre que había en mi cara y yo aún me sentía al borde de las lágrimas.

Tal vez si soy un niño, después de todo.

—No vuelvas a hacerme esto, ¿de acuerdo? —Me dijo con voz suave, tomándome por las mejillas—. Que yo jamás haré algo que pueda lastimarte, porque eres importante para mí y siempre te tomo en cuenta. Siempre.

Me quedé en silencio, sintiendo el dolor de sus palabras directamente en mi corazón.

—Está bien —Extendí mis brazos hacia él con la intensión de abrazarlo, pero él se alejó de mí.

—Aún no —Mordió su labio inferior. Se mantuvo en silencio y después dijo—. Tienes que comer.

No respondí. ¿De verdad tiene que pensar en eso justo ahora?

—Nathaniel —Su voz se escuchó más baja lo de común—, promete que no volverás a descuidarte.

—No lo haré —Respondí con un poco de fastidio, pero también con sinceridad.

—Tu madre estaba muy preocupada por ti y yo igual. Deja de ser tonto y come de una vez; la hora de la cena será un poco más tarde hoy. Te ayudaré a hacerla.

Finalmente, me pasó la bandeja y la puso encima de mis piernas. Sé que Marc no se levantara de su sitio ni dejará de mirarme hasta que me termine todo; bien, al menos me gusta el queso y él lo sabía.

Marc me hace muy feliz y, después de esto, espero hacerlo feliz a él también.

Relatos Marcaniel  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora