Marc está mirándome de una forma que no sé describir. Me confunde; parece que reirá en cualquier momento o me dirá algo, pero también parece decepcionado o muy serio.
Intentaba no devolverle la mirada, pero él junto a mí, acostado en la misma cama, era casi imposible aunque fuera de reojo.
—Eres un desastre —Susurró él, luego río despacio y se giró hacia mí—. Cocinas muy bien Nath, pero tu desorden en la cocina, es casi terrorífico. No tiene comparación con tu cuarto.
Sonreí: —Aquí me conviene ser ordenado —Hice una pausa y continué hablando en voz baja—, si no, no podría dejarte entrar de nuevo.
Marc sostuvo su cara con la palma de su mano y se acomodó hacia la izquierda, donde estaba yo.
—Entonces, ¿soy la razón de que mantengas el orden en tu cuarto?
—Tal vez el orden del tuyo me inspira a mantener el mío igual —Reí en voz baja y lo miré —. Tú me inspiras, Marc.
—Oh, Nath —Marc se colocó encima de mí, abrazándome—. Tampoco soy el más ordenado en la cocina —Comentó—, pero ahora, podemos aprender juntos.
Pasé mis brazos por encima de la espalda de Marc, aunque me sintiera un poco asfixiado después.
—La próxima vez, cocinamos algo más dulce. Sé que el dulce te gusta —Bromee.
La nariz de Marc rozó mi cuello y sentí sus labios cerca de mi oreja. Estoy nervioso, no puedo moverme.
—Deberíamos intentar el beso del otro día —Dijo en voz baja—, ¿no lo crees?
No tengo palabras; solo muerdo mi labio inferior, tentado. No me importa si no he dado un beso antes, quiero hacerlo y disfrutarlo.
Pero estoy nervioso. Solo actúo por inercia, llevando mi mano a la mejilla de Marc.
Él me mira y yo a él, tal vez pensando en quién daría el siguiente movimiento. Entonces, yo lo hago.
Mis labios están rozando los de Marc, pero no se mueven. Es él quien profundiza y lleva el ritmo del momento; estoy emocionado y no respiro muy bien, pero no quiero que acabe pronto.
Acaricio el cabello de Marc muy despacio, él toma mi cara y acaricia mis mejillas mientras se va separando de mí. Él respira con la boca abierta y estoy seguro que yo también lo hago; no soy muy consiente ahora mismo.
Los ojos de Marc brillan, son hermosos. Mis ganas de llorar regresan al percibir la felicidad de Marc.
Marc apoya su frente encima de la mía y yo cierro los ojos. Siento su respiración sobre mí y me calma; beso sus labios una vez más, muy rápido y con mucho cariño.
—Estamos juntos en esto, ahora y para siempre, ¿de acuerdo? —Me dice él, muy bajo y lento.
Yo asiento y lo brazo fuerte, con la intención de no soltarlo nunca.
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Relatos Marcaniel [+18]
FanfictionHe aquí historias de Marc y Nathaniel que pueden variar tanto en temática como en edades. No me hago responsable si lees algo que no te gusta; lee bajo tu propia responsabilidad.