baile

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El reloj daba las siete y ya he llegado a la fiesta de graduación de los compañeros de Nathaniel. Está hecha en un salón que consiguió Zoé para sus amigas, gracias a la influencia del alcalde, por ende, ella también estaba aquí. La saludo y voy hacia la entrada una vez más.

El ambiente allá dentro es íntimo, agradable y todos parecen estar muy cómodos. Vestían de manera formal, pero no demasiado elegante. Mi atuendo era igual y me emocionaba ver qué tan guapo estaba Nathaniel esta noche. Pero era tan extraño que no llegase aún.

No quiero preocuparme; me siento a la orilla de la acera y reviso mi teléfono. No tengo ningún nuevo mensaje, tampoco llamadas. Guardo mi teléfono y juego con mis dedos que hoy están libres de los guantes que acostumbro a usar.

Un corto tiempo de estar mirando al otro lado de la calle, miró a la derecha y ahí se encuentra Nathaniel, caminando despacio, casi sin ánimos.

Me levanto rápido para acercarme a él y le pregunto qué sucede. Limpio las gotas de sudor que trae encima de la cara y me dice que solo está cansado. Había caminado desde su casa hasta aquí porque no quería que la pareja de su madre lo trajera.

Le pregunto si quiere pasar y él no me responde al instante. Solo permanece mirándome y después me abraza. Yo llevo mis brazos alrededor de su cintura y le dejo un beso en el cuello.

—¿Podemos quedarnos aquí fuera? —Me pregunta, hablando muy bajito cerca de mi oreja—. Quiero estar aquí contigo.

Asiento y nos sentamos en el mismo lugar donde estábamos. Nathaniel me sonríe, pero luce decaído. No quiero insistirle y él no menciona nada respecto a su estado de ánimo. Sin embargo, me dice algo que me hace sonreír un poco tímido.

—Te ves muy hermoso —Me dice nervioso, incluso deja de mirarme por un momento.

—Tu también lo estás —Sonrió. Me gusta mucho como luce con esa camisa morada en marga larga.

Hablamos un poco con respecto a nuestro día y después le comento cómo está el ambiente del salón. Reímos un rato y nos tomamos muchas fotos. Nos abrazamos más y nos damos muchos besos.

Considero que este momento no puede ser mejor, pero las posibilidades superan mis expectativas. Perfect de Ed Sheeran ha comenzado a sonar desde hace poco tiempo, pero el suficiente para ir cerca de la mitad de la canción.

Nathaniel me mira con cierta angustia, tal vez inseguridad, que me da a entender que está pensando lo mismo que yo pero no sabe cómo expresarlo.

—¿Quieres bailar? —Le pregunto mientras me levanto y me inclino para tomar sus manos.

Cuando está de pie, él me responde: —No sé cómo hacerlo.

—Yo tampoco lo sé —Me río. No estoy mintiendo y él lo sabe. Nathaniel intenta no reírse, pero no lo consigue y me parece tierno—. Es mejor hacer el tonto si estamos nosotros solos.

Nathaniel se acerca a mí y me da un beso, al mismo tiempo que pasa sus brazos alrededor de mi cuello. Yo sujeto su cintura y nos comenzamos a mover de un lado a otro muy lentamente.

Nos sonreímos y dejamos de vernos por momentos. La timidez es muchísima y la necesidad de que este momento dure para siempre persiste.

We are still kids, but we're so in love...

Darling, just hold my hand. Be my man, i'll be your man.

I see my future in your eyes.

Estoy cantando en voz baja, solamente para él. Mi pronunciación no es demasiado buena, pero Nathaniel puede entenderme hasta el punto de ocultar su cabeza en mi pecho.

Nathie, i'm dancing in the dark with you between my arms...

Noto que Nathaniel ha comenzado a temblar y está sollozando. Yo he dejado de cantar, siento un nudo en mi garganta; mi vista es borrosa. Yo también estoy temblando.

Él y yo nos seguimos movimiento al ritmo de la música hasta que esta termina. Sin embargo, nosotros seguimos uno junto al otro, llorando y queriendonos mucho.

—Nathaniel —Digo en voz baja—, pase lo que pase, quiero seguir compartiendo mi vida contigo, por el resto de mis días.

Relatos Marcaniel  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora