familia ᵖᵃʳᵗᵉ ¹

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Estoy pensando, bastante en serio, he de admitirlo. De hecho, estoy preocupado. Creo que Nathaniel se quiere morir. Está muy nervioso y no para de caminar de un lado a otro; yo, que estoy viéndolo desde su cama, tampoco he intentado acercarme a él. Pero comprendo lo que siente y no le insisto en que no debe sentirse así.

Aun así: —Le diremos a tu madre hoy, pero no debes sentirte obligado.

—Solo estoy nervioso —Respondió, al mismo tiempo que dejaba de caminar en línea recta y se acercaba a mí. Se sentó en la cama, mirando hacia el suelo—. Sabes que la comunicación entre nosotros es, peculiar, supongo.

—Ella te da tu tiempo —Le recordé. Tomé su mano y la acaricié.

Nathaniel y su madre son reservados con sus temas; sin embargo, ambos sabemos que su madre no es del tipo de persona que le molestaría vernos juntos. Si ella lo fuera, ninguno de los dos supiera qué hacer en este mismo momento, y si ella quisiera que me alejara de Nathaniel...

Estoy a punto de llorar. No debería estar pensando más de lo necesario. Apreté la mano de Nathaniel más de lo que debería, él está mirándome y eso no es bueno. Debería ayudarle a calmarse justo ahora, no hacerle sentir más presión. Los dos debemos ser fuertes en este momento.

Sin embargo, ambos dimos un brinco en la cama cuando escuchamos la puerta abrir y cerrarse, y los tacones de la madre de Nath resonar por la sala. Nathaniel ahora apretaba mi mano y sentí el temblor de su cuerpo.

Ambos hicimos el esfuerzo por levantarnos y salir de la habitación. La madre de Nathaniel nos saludó desde la cocina mientras nosotros íbamos hacia el sofá de la sala.

—Mamá —Le llamó Nathaniel.

La madre de Nathaniel miró hacia nosotros con una ceja arqueada. Entendió que Nathaniel quería que se acercara, así que caminó despacio y se detuvo junto a él; ella no preguntó por qué estábamos tomados de las manos.

—Tengo algo que decirte —Dijo Nath, en voz baja.

—Eso ya lo sé —Esperó que Nathaniel continuara; en vista que no escuchó más nada, tomó asiento frente a nosotros. Una vez más miró nuestras manos y dijo: —Entonces, ¿ya son pareja?

Mi corazón se detuvo por un momento y luego comenzó a latir con tanta fuerza, que provocó que mi pecho ahora doliera. Debería decir algo, pero no tengo la suficiente valentía para hacerlo.

Nathaniel tampoco dice palabra alguna, pero veo de reojo que él está asintiendo lentamente, aunque mantiene la cabeza gacha mientras se aferra más a mi mano.

—Debo suponer que te estabas preparando para decirme —Hizo una pausa, mientras se incorporaba—, ¿no?

—Sí —Respondió Nath, en voz baja.

La madre de Nath puso su mano sobre el cabello de su hijo y lo acarició: —Nathaniel, siempre te he dado la confianza para que me digas lo que quieras, incluso si estás enojado. No comprendo por qué estás nervioso, pero está bien si eres novio de Marc.

»Si te gustan los chicos o las chicas, ese es tu decisión y tu asunto. Yo solo quiero verte feliz y sé que lo eres más desde que eres cercano a Marc.

La madre de Nathaniel se agachó a la altura de su hijo, pero él seguía evitándola. Había cerrado los ojos y empezó a temblar muy fuerte, como si se estuviera conteniendo. Su madre tomó con ambas manos la mano libre de Nath y la acaricio. En segundos, Nathaniel abrazó a su madre mientras intentaba silenciar su llanto, sin mucho éxito; su madre acarició su cabello y le susurraba palabras de ánimo que me hacían querer llorar a mí también.

—Lo siento si te hice temer a hablar sobre este tema. Eres lo más preciado que tengo y te amo por ser quien eres, nada hará que eso cambie.

La madre de Nathaniel me miró con una sonrisa y extendió su mano derecha hacia mí, invitandome a formar parte del abrazo. Emocionado, acepté la propuesta, sintiéndome muy querido.

Relatos Marcaniel  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora