Capítulo 10

15K 1.3K 41
                                    

(Dominick)

Me veía incapaz de permanecer quieto, por lo que caminaba de un lado hacia el otro, cruzando todo mi despacho.

- Me estás mareando, Dominick- murmuró Caroline, mientras me miraba con expresión de aburrimiento.

- Pues no recuerdo haber pedido tu compañía, querida prima, así que eres libre de irte.- gruñí malhumorado.

- ¡Cuanta educación exhala, Su Excelencia!.- soltó una risita.

-¿Así que ahora te divierto?!- refunfuñé.

- Ajá, además, esto es mucho mejor que estar mareada por tus caminatas tontas.

Puse los ojos en blanco, ante su lenguaje poco apropiado.

- También la aprecio,Lady  Caroline- le miré últimamente.

- Pues lamento informarte que aún con todo tu mal humor y tu sarcasmo, Emma no llegará antes- musitó ojeando un libro.

- ¿Por qué tarda tanto?- pregunté con el ceño fruncido.

- Sólo están retrasados una hora, Dom- murmuró Caroline, mientras daba la vuelta a la página de su libro- sabes que los caminos suelen bloquearse, o las ruedas de los carruajes averiarse.

- ¿Debería mandar por ayuda?- pregunté alarmado por la seguridad de Emma.

- Lo que deberías hacer es tomarte un trago de whisky, y callarte- me miró burlonamente.

- Nuevamente, tu amabilidad y feminidad se hacen presente, Sinclair. - respondí secamente.

Su risita se escuchó por todo el lugar.

Un ruido y el sonido de un carruaje entrando a la propiedad nos sobresaltó a ambos.

Me acerqué a la ventana y ante mis ojos apareció el enorme y lujoso carruaje de los Deitmonth.

- Al parecer ya están aquí,  deja la paranoia- masculló Caroline, acercándose a mi lado, ocupando el otro lado de la gran ventana- Supongo que debo ir a recibirlas - masculló desanimada.

- Ella es una de tus más íntimas amigas, pensé que le tenías aprecio y que te alegrarías de verla- murmuré, mirándola extrañado.

Caroline refunfuñó, poniendo los ojos en blanco.

- Adoro a Emma; pero odio a su madrastra y peor aún, a su hermanastra- dio un resoplido poco femenino.- Sólo pensar en la perfección rubia de Juliette, me da escalofríos.

- Casi había olvidado que Sebastián tuvo segundas nupcias, sólo tengo vagos recuerdos sobre su nueva esposa.

- Cuando conozcas a esta Lady Deitmonth y a su progenie, estoy segura que las recordarás para siempre.

Nos dispusimos a salir del despacho, y dirigirnos a la entrada para acompañar a la abuela a recibir a sus invitados.

- ¿Son tan horribles?-musité mientras caminábamos y agregué- Temo por todas vicisitudes que pudieron causarle a  Emma.

Caroline soltó una risita.

-La situación no funcionó exactamente así- respondió.

- ¿A qué te refieres.?- sonreí extrañado.

- Emma se las ha arreglado muy bien el vivir con esas brujas- soltó otra risita- Una vez, la Condesa intentó trasladarla de sus habitaciones hacía la ala de los sirvientes, y Sebastián se negó a participar de aquella riña doméstica. Así que Emma tuvo que vérselas sola, por lo que envió una carta a la abuela contándole lo acontecido y se encerró en su habitación hasta que ella llegara a la mansión Deitmonth.

ProtégemeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora