(Emma)
Giré el rostro para encontrar a un Dominick con una gran sonrisa en el rostro. Suspiré satisfecha, adoraba verle feliz.
Dom me guiñó un ojo al encontrarme mirándole con adoración. Ahogué una risita. Al lado podía sentir a James tensarse repentinamente.
- ¿Sucede algo, James?- pregunté preocupada.
- Todo está perfecto, Emma- respondió lacónicamente.
- Mantienes una postura rígida - mascullé incrédula- si todo se encuentra bien, ¿dónde está tu usual actitud relajada?.
- No está sucediendo nada- respondió James, mirando hacia Dom- sólo estoy un poco nervioso por una situación de negocios.
Fruncí el ceño.
- ¿A que situación te refieres? - pregunté extrañada.
James miró con premura a Dominick, quien sonrió ligeramente e intervino.
- Estas interrogándolo peor que el servicio secreto, preciosa- intervino Dom con una sonrisa.- déjale respirar y dale un poco de espacio.
- Pero si sólo hice dos preguntas, Dominick- exclamé incrédula- no hice ningún tipo de interrogatorio largo y exhausto.
James le dio una sonrisa de agradecimiento. Me crucé de brazos mirándolos con desconfianza.
- ¿De qué se trata todo esto?- pregunté confundida y molesta.
-¿A qué te refieres exactamente?- preguntó vagamente James.
- Ambos están comportándose de un modo muy extraño, caballeros.- respondí.
James y Dominick se miraron con complicidad.
-No es nada que deba preocuparte, cariño- me tranquilizó Dom.
Ambos emprendieron el paso hasta donde se encontraban reunidos Caroline, Kate y Ben.
-¡Tardaron demasiado tiempo para ir por James! - exclamó Caroline un poco malhumorada.
- Cuanta amabilidad en tu recibimiento, querida prima- murmuró Dominick.
Caroline le dio una mirada cansada.
- ...y bien, ¿por qué tanto secreto? - preguntó Benedick jugando con su copa de champagne en la mano, manteniendo su habitual actitud de aburrimiento.
Caroline sonrió entusiasmada e hizo que James suspirara. Le miré divertida.
- Deja de mirarme de es forma, Emma, está resultando ser un acto grosero de tu parte - amenazó James entre susurros.
- ¿Tu, mi querido amigo, acabas de suspirar?- pregunté divertida.
James bufó indignado.
- Los hombres no supiramos, Emma.- masculló.
- Sin embargo, yo te acabo de ver haciéndolo- me burlé.
- ¡No lo hice!- refunfuñó.
Caroline nos miró disgustada.
-¿ Pueden al menos fingir que me prestan atención?- intervino Caroline.
El resto del grupo nos observó con diversión. James endureció su expresión ante el escrutinio.
- ¿Qué hacemos exactamente aquí? - preguntó Katherine- quisiera volver al salón. Me encuentro sedienta.
Caroline la ignoró y nos miró a todos expectantes.
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Protégeme
Ficción históricaANTES LLAMADA EL HÉROE Y YO. LA PRIMERA NOVELA DE LA TRILOGÍA PERTENECERNOS. En medio de la temporada londinense, y a pesar de sus casi veintitrés años, Lady Emma Deitmonth era considerada un éxito rotundo. Los hombres la deseaban, las jovencitas la...