A veces deseo que mueras

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"¿Qué está pasando?"

Era Karloi. Aquí estaba, paseando con Mary Ann, y ni siquiera se dio cuenta de Karloi, que había atravesado el jardín sin saberlo.

"Oh, eso es..."

Al oír a Mary Ann desdibujando el final de sus palabras, Karloi miró hacia abajo con las manos de Yvonne. Pudo ver la palma de la mano de ella con un paño envuelto, y un dedo con una gota de sangre.

Se pregunta por qué se hace tanto daño. No sabe si realmente quería hacerse daño.

El corazón de Karloi se ha llenado. Las emociones que en el pasado habrían sido ira, ahora son difíciles de nombrar. No pudo conocer a Yvonne más y más.

"¿Por qué, por qué no te preocupas tanto de ti misma?"

"¿Qué?"

"Un día, fueron tus pies, un día, fueron tus manos, y luego tus dedos..."

Karloi murmuró algo con voz reprimida y cogió el paño de la mano de Mary Ann. Luego cogió la mano de Yvonne y le puso un paño alrededor del dedo. En un ambiente extraño y embarazoso, las siervas y los sirvientes mantuvieron la distancia y se apartaron un poco.

"Su Majestad, yo..."

"¿Por qué eres tan imprudente con tu cuerpo?"

Karloi, que envolvía un paño en su dedo, frotó igualmente la palma de Yvonne, cubierta de tela. Sus ojos parecían saber que Yvonne se había apuñalado en la palma de la mano. Parecía que Asher informaba de todo correctamente.

"Realmente no lo sé. Tú..."

Karloi murmuraba para sí mismo, con los ojos fijos en Yvonne. Yvonne intentó sacar la mano porque la sentía tan caliente como su cara, pero Karloi no la soltó. La parte que tocaba la sentía caliente.

El sonido de la lluvia se impregnó como música. Al ver los ojos de Karloi, Yvonne contuvo la respiración. Tenía miedo de que si respiraba, sonara demasiado fuerte y antinatural como su corazón. Se sintió extraña porque sus ojos no eran tan fríos como antes. ¿Se sentiría así si caminara por el pasado?

"Cualquiera que ignore las heridas de su cuerpo está de alguna manera roto. Pero la Emperatriz no puede hacer eso. Eso no puede ser cierto. La Emperatriz es tan... Una persona muy extraña".

Las palabras susurradas eran familiares. Era lo que Kal le decía a Lilian Lou cuando era niña. Pero ella no estaba acostumbrada a esa actitud. Hubiera sido más fácil para ella estar enojada. Se ve a sí misma con esos ojos, con una voz así... ¿Siquiera es consciente de que está hablando así?

Se preguntaba ahora lo que no se preguntaba entonces.

"¿Cómo lo sabías?"

(¿Cómo sabía, cuando era niña, que alguien que ignora sus heridas no es sano? ¿Cómo sabías lo que yo no sabía?)

Preguntó si nadie reconocía sus heridas. Recordó a Kal que murmuró resignación, mientras su cuerpo estaba atado, diciendo que se iba a rendir.

"Su Majestad".

Un sinfín de preguntas acudieron a su mente pero no pudo sacar las palabras. No podía hacer la pregunta con una expresión despreocupada y una voz indiferente. La respuesta daba miedo. Si ni siquiera Karloi era feliz, ella no podía permitírselo.

"...Fui al Palacio de la Emperatriz y vine aquí después de dar un paseo".

No podía haber leído la mente de Yvonne, pero en lugar de responder, Karloi dijo otra cosa.

"¿De verdad quieres dar un paseo así en un día de lluvia?"

Recordó que en Purtu corría el rumor de que Karloi odiaba los días de lluvia.