Atada a tí: capítulo 1

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En estos instantes odiaba a mi mejor amiga, Andrea, por su culpa tenía una cita con un desconocido de internet, una cita a ciegas, podría ser un pervertido o un loco simplemente, tal y como está la vida a saber ...

Me pasé un par de horas buscando las críticas y opiniones de ese restaurante pero solo decía que era algo novedoso y que la comida era rica. Un lugar perfecto para parejas.

Salí de la ducha, me coloqué con cuidado las medias y la mejor lencería de la que disponía.

El encaje floral del tanga, en contraste con la pálida piel de mi vello público rasurado, favorecía cada detalle del mismo. El encaje superior se curvaba con precisión sobre la redondez natural de mis pequeños senos y formaba un sugerente canalillo.

Me gustaba como el encaje transparentaba mi piel. Elegí un vestido ajustado color burdeos de tejido aterciopelado y le añadí un calzado de tacón. Un toque de rímel, un poco de carmín en los labios, unas gotas de perfume, espuma en el pelo para mi indomable melena y a triunfar.

Mire los mensajes del móvil antes de salir de casa todo parecía en orden. Llegue al restaurante japonés quince minutos antes de lo esperado. Vibro mi teléfono.

-Estás muy guapa pero quítate el abrigo quiero verte.

Joder me estaba observando desde algún lugar.

-¿Dónde estás?

-En el restaurante. Haz lo que te he dicho y te diré más.

Me quité el abrigo.

-Tienes buen cuerpo, que pena que tras el mostrador no luzcas así de bien.

-¿Dónde estás?

-Observándote desde muy cerca.

Miré a mi alrededor. Había mucha gente en la barra y en las mesas. No veía el libro ni el clavel por ninguna parte. A continuación seguí leyendo sus mensajes.

-Dile a una de las camareras que tienes una reserva a nombre de Leandro Martín Pozo y que traigan lo necesario para ser bandeja.

-¿A qué te refieres con lo de ser bandeja?

-Que tú eres mi plato principal. Confía en mí.

-¿Como pretendes que confíe en ti si no se quién eres?

-Soy Leandro Martín Pozo ya te lo dije.

-Si muy gracioso. Me voy.

-Espera Amelia no te vayas. Escuché una voz. Miré la pantalla de mi móvil y comencé a escribir mientras obtuve un nuevo mensaje de Leandro.

-Como soy tímido y según me han contado tú también, pensé en una cita diferente, en la cual no estaremos en nuestra zona de confort ninguno de los dos. ¿Sabes lo que es el nyotaimori? ¿El sushi erótico?

-Me hago una idea de lo que va el tema siendo yo la bandeja.

-No te toco, no involucra nada sexual, sólo el erotismo de tu cuerpo y del momento. Puedes elegir si cubrir tus zonas sexuales con flores y hojas para que el comensal no vea nada que no desees, te vuelvo a repetir no te toco. Hay personas que le añaden cuerdas para inmovilizar, la privación de la visión hace que se agudicen tus sentidos y sientas más la experiencia, algún juguete vibrador para que sea más excitante para la fémina. Piénsalo tranquila, te estaré esperando en la sala Shinju. Confía en mí, no te haré daño ni haré nada que no quieras Amelia. Si fuese malo o peligroso ¿vendría recomendado por Ricardo y Andrea? Te estaré esperando.

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