Atada a tí: capítulo 14

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Heme aquí querido lector, expuesta ante mi señor, con mis extremidades superiores e inferiores estiradas en una improvisada cruz de San Andrés apóstol que ha ideado mi Amo con un par de cuerdas bajo mi colchón unidas estas a mis muñecas y tobillos.

Siento como el colchón se hunde a la altura de mis hombros y me ordena chupársela. Doy lo mejor de mí, pero a Él le encanta llevar el control y dirige el ritmo de succión, rozándome la campanilla repetidas veces, causándome arcadas. Me enviste una y otra y otra vez acelerando el ritmo con su dotado miembro hasta que inunda mi garganta con su deseado jugo blanco. Me permite escupir "su leche", me incorpora un poco, seca el jugo de mi piel y me ofrece un vaso de agua. (Lo olisquee primero, no me fie). Sí, era agua.

Me echó la bronca por haber dudado de él. Me retiró el vaso y tiró de mis piernas cama abajo. Sentí su boca sobre mi excitado y lujurioso sexo, ese hombre me hacía sentir en el cielo, nada tenía que envidiarle a mi vibrador morado de conejito. El Amo era mucho mejor que el juguete a pilas. Vertió cera caliente de un velón de masajes que había traído para mí sobre mi vientre y mis senos mientras me retorcía de placer sobre la cama contra esas cuerdas suaves y de abrazo cálido que había buscado durante la tarde (me lo confesó). El contraste de sensaciones de placer/dolor, sus besos y caricias que me proporcionó fue maravilloso. Excitada por todas las vivencias acaecidas esa noche le suplique unirnos en un solo ser...Fue mucho más placentero de cómo lo había imaginado en mis masturbaciones... el primero, el segundo, el tercero...Mmm era muy excitante ser follada estando atada y a su merced.

Cuando me liberó de las cuerdas, tenía unas marcas profundas y rojas en mi blanca piel pero eran las más hermosas que había visto en mi vida. Derramé lágrimas de orgullo, que él secó con sus besos, me envolvió en un cálido abrazo, me colmo de besos y nos fuimos a la ducha juntos, riendo y conversando de la experiencia vivida. Se secaron entre bromas y anécdotas. Brindamos con una copa de vino en la cama, celebrando nuestro nuevo camino juntos...

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