IV

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El tiempo pasó, demasiado lento para su gusto, pero otros 4 meses habían transcurrido ya.

Su pequeña Kazumi había estado dentro de la incubadora por 2 largos meses, se había recuperado sin ningún problema, pero eso no evito que Katsuki se la pasara todo ese tiempo preocupado pegado al cristal.

Cuando la bebé fue dada de alta, tanto Katsuki como Inasa habían dormido en la habitación que era de los cachorros por algunas semanas, se sentían incapaces de separarse de los pequeños.

Kazumi era una niña preciosa que reía todo el tiempo y solo lloraba cuando necesitaba algo, parecía siempre tener una sonrisa en su rostro, a veces incluso hasta cuando dormía. Muy a su pesar, era muy parecida a Izuku, tenía ojos enormes y redondos de color verde, sus mejillas estaban salpicadas de pequeñas pecas, su cabello, a pesar de ser rubio, era tan rizado y alborotado como el de Midoriya.

Kazuo era su pequeño niño, demasiado tranquilo, lloraba muy poco y sonreía aún menos, eso le preocupó, pero los doctores le dijeron que no había ningún problema en la salud del infante. Kazuo era parecido a su hermana menor, ojos verdes y cabello rizado tan rubio como el suyo propio, pero carecía de pecas y la forma de sus ojos era similar a la de Katsuki.

A simple vista todo parecía ir bien, pero no todo era color de rosa.

Su pequeña bebé presentaba problemas respiratorios constantemente, sin mencionar la facilidad con la que se enfermaba, no era algo sano, pero, según los doctores, era algo normal, una secuela de su delicada condición al nacer. La bebé necesitaba demasiada atención y cuidados especiales, lo cuál se había vuelto un problema bastante grande para su estabilidad mental y económica.

Inasa había insistido en ayudarlo económicamente, pero él se había negado, el enorme Alfa ya le pagaba una renta por la habitación donde dormía y era quien cuidaba a los cachorros mientras Katsuki trabajaba en la cafetería.

Inasa trabajaba desde casa, impartía clases particulares en línea, era maestro de física, química y álgebra; cabe mencionar que cuando el rubio se enteró quedó impresionado, Inasa no parecía del tipo intelectual, parecía más del tipo "mucho músculo y poco cerebro".

Las apariencias engañan.

Los horarios flexibles y la estadía en el hogar, facilitaban el cuidado de los cachorros.

Katsuki no se sentía capaz de pedirle una moneda más, Inasa ya hacía demasiado por su familia.

Y pedir ayuda a sus padres tampoco era una opción. Katsuki solía llamarlos en ocasiones, les contaba cosas importantes sobre su vida y la de los bebés, no le gustaba causarles más problemas de los que ya les.causaba, pues a pesar del tiempo,  aún tenían que lidiar ocasionalmente con su ex esposo.

Izuku solía llegar, tocar la puerta y pregunta por su paradero, obviamente sus padres nunca contestaron a sus preguntas y obligaban al alfa a retirarse, amenazando con llamar a la policía si no se retiraba.

Definitivamente sus padres no necesitaban más problemas de su parte.

—Te ves estresado — le dijo Camie mientras jugueteaba con su malteada de fresa.

Katsuki chasqueó la lengua mientras le entregaba una hoja con el pedido de una mesa a uno de los cocineros —Cierra la boca — dijo con el ceño fruncido mientras se recargaba en la barra y cruzaba sus brazos.

Camie rió —Retiro lo dicho, estás estresado — dijo para después tomar de su bebida.

Katsuki decidió ignorar a la mujer.

—¿Sigues teniendo problemas de dinero? — preguntó con un poco más de seriedad.

No parecía, pero ambos omegas habían formado un fuerte lazo amistoso, Camie apreciaba muchísimo a Katsuki, pero Katsuki jamás admitiría lo mucho que quería a la castaña. Ambos se tenían mucha confianza, probablemente porque ambos eran los únicos omegas del grupo que habían formado.

Roto [DekuKatsu (Omegaverse)]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora