Capítulo 11

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Ryujin pasó varios días en el hospital para revisiones constantes y sus diferentes análisis, para controlar que el cáncer no apareciera y el hígado se estuviera reconstruyendo normal.

Jisoo estaba con ella todo el día, se iba sólo para comer, para comprarle algún regalo tonto como flores, chocolates, o algún peluche, y también, cuando le tocaba su sesión de quimioterapia.

—¿Sabes qué se cumplen hoy? —preguntó Jisoo
un día, que a Ryujin le pareció muy al azar.

—¿Nuestro aniversario? —bromeó, porque en verdad no eran nada oficial.

—Casi —dijo con una risa—. Hoy se cumplen tres meses desde que te conocí, Ryujin.

Ella sonrió.

—¿En serio recuerdas la fecha?

Jisoo asintió con seguridad.

—Estabas asustada... Tenía que hacerte sentir mejor —sonrió de forma tierna.

—Sí que funcionó, Jisu —tomó su manito para entrelazar sus dedos, sonriendo bonito.

Jisoo sonrió como tonta mientras miraba sus manos unidas, sus mejillas cada vez se pusieron más y más rosas, y Ryujin miró todo con una sonrisa boba también, le pareció hermoso y adorable.

—Sabes, Jisu... Lo único bueno que puedo sacar de esto, es que te conocí —los ojitos color avellana de la castaña la miraron con alegría y ensanchó su sonrisa aún más—. Eres en serio una persona maravillosa, la chica más buena que he conocido, la más bonita... ¿Sabes que te pienso como "Mi chica bonita"?

Jisoo rió un poco.

—Es raro... Para mí eres "La linda monita".

—¿Por qué? —preguntó Ryujin con gracia.

—Porque pareces un monito... Todo el tiempo, y es adorable y bonito, y es que eres también tan tierna y... Cómo una monita, eres una monita —se encogió de hombros, es que no había más explicación que esa, pero era innegable su parecido.

—Okey... Es raro, no sé, no te comparo con algún animal, Jisoo.

—Soy un oso perezoso —dijo, y sonrió haciendo que sus ojos se cerraran por completo, al igual que un oso perezoso.

Ryujin rió.

—Eres el oso perezoso más lindo y besable del mundo —dijo la menor.

—Sólo beso a mi monita.

—Esta monita sólo besa a su osito.

Jisoo rió como un bebé porque le había seguido su broma. Eran muy cursis.

—Eres un monito fuerte y valiente, Ryuryu. ¿No has pensado que ya estás curada?

Ryujin negó.

—Es una idea muy lejana aún.

—Todas las pruebas salieron más que bien, Ryujin, en cualquier momento te dan el alta —dijo con una sonrisa, estaba llena de orgullo.

—¿Y qué pasa después?

—Vienes a tener una pijamada conmigo —murmuró, acunando su propio rostro.

—¿Era en serio lo de la pijamada? —ella asintió—. Oh, suena bonito.

—Contigo todo es bonito.

—Te equivocas, chica bonita, contigo es bonito —replicó Shin—. ¿Tengo que llevar algo a nuestra pijamada?

—Condones, existen para mujeres con mujeres.

—¡Jisoo! —Ryujin la empujó y el otro comenzó a reír—. ¡Sabes que no, tonta! ¡No juegues, idiota!

—Me estoy burlando de tus ganas, Ryujin —le mostró su lengua en gesto burlón.

—¿Ganas de qué?

Jisoo se inclinó hacia un costado y pasó una mano por su trasero, dándose una nalgada a sí misma en un gesto burlón y provocativo.

—¡Choi Jisoo! —Ryujin estaba como un tomate, y lo que le siguió a eso fueron un montón de gritos agudos sin sentido y risas por parte de la mayor.

chemo; jinliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora