"O mueres como un héroe o
vives lo suficiente para verte convertido en un
villano"¿Cómo lo digo? Ah sí. El día del examen fue una mierda total.
Y no lo digo por el examen en sí, sino por Cindy.
Lo que sucedió entre mi amiga y yo se había hecho leña para el rumor. Lo jodido de eso era que cada que cruzaba por algún grupo de chicas se ponían a murmurar en frente de mí, sin vergüenza alguna. Además de la verdad distorsionada que me había llegado de diferentes formas. <Se pelearon en medio de la calle por un chico>, <Ann traicionó a Cindy>, <Ann la golpeó después de todo lo que sufrió la pobre Cindy> y más verdades a medias.
Todos decidieron creerle a Cindy, que se autolesionó para que no pensaran mal de ella. Creí que la iba a ayudar dejando que me odie, pero se transformó en toda una desgraciada que me hizo el día imposible. Imagínense soportar a las personas metidas que me decían cruel y malvada.
—¡Dios, por lo menos espero aprobar! —le grité al cielo esperando que una fuerza del más allá me escuchara.
—No te preocupes, estoy seguro de que sí —me abrazó Silver, mi amigo de repuesto.
Mentira, no era de repuesto. Él me había ayudado desde lo que sucedió con Didy, ya podía considerarlo como mi hermano. El castaño ojiazul se separó soltando el aire resignando.
—Quisiera que esas palabras se cumplieran... sería lindo no preocuparme —acaricié mi cien —, pero soy una chica que se hace la cabeza. Vivo preocupada.
—Cierto, me había olvidado de eso —frunció el rostro —hablando de aprobar, que rima con probar. Mira esa exquisitez —señaló con el rostro al más inoportuno.
A veces Silver no podía controlar sus hormonas y soltaba ese tipo de comentarios que me daban náuseas, en especial sobre ese chico. Axen.
—Voy a vomitar —dije blanqueando los ojos, mi amigo solo se río levemente.
Me acomodé en mi silla y tomé mi celular para revisar los mensajes de mi mamá.
—Él es un dios —empezó a describirlo —, es un macho alfa —infló los pulmones y se puso en modo musculoso para imitarlo.
—¿Qué no te encantaba su amigo? —Silver era tan cambiante.
—Me sigue encantando, nada más que me gusta fantasear.
Blanqueé los ojos —Degenerado.
—Odiada.
—Homosexual.
—Hetero —cerró la pequeña pelea que hacíamos siempre para divertirnos.
Me llegó un mensaje de mi papá y le dije a Silver que tenía que irme, lo cual coincidía con el horario de CrossFit de él. Tomé mis cosas y me dirigí a la salida del campus, obviamente me iba a demorar, se trataba de un lugar grande, fácil de perderse y con estudiantes que no tenían ganas de cooperar indicándome la salida. Tampoco sea una inútil, solo me da flojera gastar tanta energía en pensar, pero como dicen que el que se duerme pierde o algo así, decidí poner en marcha el cerebro oxidado que me tocó tener y hallar la salida.
No sé, ¿fueron minutos, horas... AÑOS? No, tampoco tanto, solo pasaron segundos.
—¿Perdida, pequeña Fiera? —su sonrisa iluminaba cualquier parte, pero aquella sonrisa era de las que oscurecían con malicia.
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El diario de Axen ©
Teen FictionAnn D'arcy, una joven con recuerdos borrosos de un pasado misterioso, queda atrapada en una telaraña de secretos y engaños cuando su amiga Cindy Craft la difama en su universidad. Lo cierto es que Ann conoce la identidad del asesino de la hermana de...