|6|

236 176 89
                                    

"Es que fulanito me dijo"
Fulanito y tú, coman mierda.


A ver, déjenme que busque las palabras correctas para describir lo que mis ojos están presenciando.

La expresión de asco en mi rostro es evidente, aunque trato de disimular y no puedo.

—Esto es una bomba —soltó divertido Silver. A diferencia de mí, a él sí le parecía gracioso lo que veía.

—Sí, una que va a estallar en cualquier momento —me di la vuelta, ignorando lo que sucedía en la mesa de atrás.

Mi amigo también dejó el chisme con los ojos, pero su boca seguía participando de ello.

—¿No te molesta? Solo veo desagrado en ti, pero ni una pizca de rabia —detalla mi rostro—. ¿Qué has hecho con mi Ann?

¿Recuerdan que les dije que leí un libro sobre desarrollo personal? Pues sí que influenció en mi carácter. Sí, estaba sorprendida, pero más decepcionada que nunca.

—Ya no me interesa lo que haga Cindy con su vida, ¿es tan difícil de creer? —tomé un sorbo de mi refresco, haciendo su particular ruido.

—Sí, sí —negó con la cabeza, contradiciendo su lenguaje verbal—. ¡Pero está con tu ex!

—Shhh —miré a ambos lados—. No quiero que tengan más leña para los rumores.

Silver se acercó desde su lugar para mencionar lo que no quería aceptar.

—¡Sí, ya todos saben eso, mija! —gritó en un susurro.

Gracias, bestie, me abriste los ojos, en serio.

Me limité a blanquear los ojos y cortar el tema de una vez. Todo lo relacionado con Cindy Craft era cosa del pasado, y lo que suceda en adelante no me incumbe. Aunque sí que me decepciona que ella se metiera con mi ex, que tanto daño me hizo. Fue una puñalada directa en el corazón. Tantos recuerdos con ella, tantos buenos momentos y me ataca así.

No estaba en mi derecho, pero sentía una profunda traición. Sabía que yo lo había hecho primero, sin embargo... creí que ella sería mejor que yo.

Era como si hubieran violado mi confianza. Le confié información, secretos...

No quería admitirlo, pero la conocía tan bien que estaba segura de que esto lo hacía para molestarme, como hizo con el rumor de que la había golpeado. Ella quería lastimarme, verme caer. Claramente, no le daría ese placer. Como yo la conocía a ella, era igual de predecible. Cindy sabía hasta lo más oscuro de mis secretos, solo esperaba que no los usara en mi contra. Porque cuando uno quiere a otro, no se aprovecha de esos secretos o defectos que el otro decide mostrar.

Pero me dolía, sabía que lo haría, que en cualquier momento lo usaría y abriría esa herida tan profunda que quería ocultar. Porque ella estaba igual de dolida, seguía creyendo que la había traicionado ocultando el nombre del asesino de su hermana.

Una profunda tristeza se ocultaba en mí, a la vez una ira desbordante. Poseía una sensación de vulnerabilidad y desconfianza hacia los demás. Empezaba a crear un temor a volver a confiar...

Las cosas estaban hechas. Yo le había mentido, ella se vengaría y yo solo tenía que esperar a que eso suceda. Ya que, todo es cuestión de tiempo. No obstante, Cindy me golpeaba duro, así que no me dejaría pisotear. Ahí estaría yo, esperando a que haga lo que tenga que hacer para rematar a último momento y vencerla.

Si bien la traición es un acto doloroso, también puede ser una lección de vida. Siempre me recordaré eso.

Y no era una competencia, no era quien perdía o quien ganaba. Solo deseaba terminar de una vez esta relación de porquería que nos lastimaba a ambas.

El diario de Axen ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora