El tipo grande me guió entre pasillos y escaleras, el edificio había cambiado a ser de piedra a ser un tipo de fortaleza de metal. Dimos vueltas por miles de pasillos dejándome totalmente desorientada, pero seguí caminando, en este punto ya no había vuelta atrás. Cuando dejó de caminar tomó unas llaves y antes de que pudiera retroceder, el hombre ya me tenía sujeta del brazo y me arrastro hacia dentro de la celda, intente desesperada de forcejear sin resultado alguno. A simple vista podía saber que era una prisión, aunque no sabía para que especie era, generalmente las celdas del Gard eran equipadas según la especie, pero esta no se parecía a ninguna de las que había visto, con cadenas y esposas colgando de las paredes, el hombre me esposó a la pared y salió cerrando la pesada puerta.
Las cadenas solo me proporcionaban un par de metros para caminar y con la poca luz que entraba de una ventanilla en la parte superior de la pared me dejaba casi sin poder ver, luego de varios intentos deje de intentar de sacarme las esposas, ya que era inútil. Las horas pasaron y nadie llegaba, llamé y grité a ver si aparecía alguien por la pequeña rejilla, pero nadie pasaba, estaba muy lejos para que me oyeran.
En la mañana siguiente... -O era tarde- el señor llegó con comida, me la entregó y se fue sin decir ni una palabra. No pude tocar la comida, entre la desconfianza y el poco apetito, mi garganta se sentía seca por el polvo y el frío hacía que me dolieran hasta los huesos.
Luego de dormir -supongo que unas horas- el hombre volvió a entrar, pero esta vez no venía solo. Detrás de él una mujer menuda, de edad avanzada, con cabellos castaños rizados peinados pulcramente hacia atrás, vestida con el traje de combate y una espada atravesada en la espalda, la espada mortal.
Cerraron la puerta y encendieron las luces mágicas, la mujer se quedó frente a mi mientras esperaba que me pusiera de pie.
-Muy bien hija de Valentine, ¿Que tienes para nosotros hoy? - preguntó la mujer con una voz que no calzaba con su aspecto. Era ronca y seca, pareciera que se le hacía difícil hacer que las palabras salieran.
-Mi nombre es Clarissa, no hija de Valentine y creo que la pregunta se la debería hacer a usted, ya que no tuve la oportunidad de saber exactamente qué querían de mí.
-Creo que parece bastante obvio que queremos respuestas, unas que solo tú nos puedes dar- dijo haciéndome señas para que me arrodillara. Mi cuerpo temblaba sabiendo lo que me esperaba, ojalá los demás hubieran tenido mejor suerte que yo-, ya basta de juegos, abre las manos.
Hice lo que me pedían, la espada al entrar al contacto de las palmas de mis manos se fue haciendo cada vez más pesada, me sentía mareada, con las manos adormecidas y un tirón en la parte baja de mi estomago no me dejaba pensar con claridad. Sentía mis ojos pesados y la voz de la mujer muy lejana.
-Dime tu nombre completo- comenzó
Las palabras salían de mis labios sin tener mucha conciencia de lo que estaba diciendo.
ESTÁS LEYENDO
Lo que pudo ser
FanfictionEsta historia sucede después de Ciudad del fuego celestial. Sinopsis Jace, Clary y los demás volvieron de la dimensión demoniaca dejando muchos cabos sueltos, la clave, cual es el gobierno de los cazadores de sombras están contra ellos, creen que to...