🪐 I'm you(rs) [ km; au ]

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𐐪 jm pov's ɞ

La chica me entregó los informes impresos y yo inmediatamente le sonreí. 

—¿Cuánto es?— pregunté sonriendo y ella se apoyó en el mostrador de manera coqueta. 

—Si quieres me puedes pagar con una cita— susurró y yo no pude evitar hacer un gesto de desagrado. 

—No gracias, prefiero pagar— contesté sin rodeos y ella puso los ojos en blanco para extenderme la cuenta. Jungkook, quién estaba a mi lado, al ver el precio inmediatamente se quejó.

—¡Pero ¿Qué rompimos?!— soltó de manera escandalosa— ¿Acaso las hojas son traídas de la antigua Grecia y bañadas en oro?

La chica frunció el ceño y lo miró extrañada. 

—Deja de quejarte y pasa la billetera— le susurré, a lo que él no dudó en hacerlo pero sin dejar de quejarse. 

Y eso que era mi dinero. 

—¡Pero que conste que no estoy de acuerdo con pagar esto!— soltó entregando el monto pedido por la chica. 

—Si, ya entendimos— contesté colocando mis ojos en blanco. 

La chica inmediatamente nos entregó las cosas y sin decir más ambos nos retiramos del lugar.

—Entonces tu plan es dar nuestras tesis de manera invertida, es decir que tu y yo vamos a dar lo que preparamos pero en el cuerpo del otro— recordó con dudas.

Sin dudar asentí y miré el informe de la tesis. Se veía tan hermoso, pero ahora tenía el nombre de Jungkook en la portada. 

—Hemos estado meses preparándonos para esto, no podemos dejar que un simple intercambio de cuerpos nos arruine todo. 

—Yo no diría un simple intercambio de cuerpos— soltó mirándome— es algo bastante grave si te lo pones a pensar, ni siquiera sabemos qué es lo que los origina.

—Según Taehyung es el amor— conté con una risa— No tenemos que dejar que nadie nos separe, y de esa manera vamos a solucionar esto. 

Jungkook arrugó el ceño y simplemente negó de manera suave. 

—Yo no voy a dejar que nadie nos separe— aseguró, se colocó frente a mí y levantó su informe con mi nombre impreso en él— De esto depende nuestro futuro, tenemos que dar todo de nosotros y si sale mal promete que no nos vamos a enloquecer. 

—No saldrá mal— sonreí con seguridad— Solo debemos confiar en el otro ¿Confías en mí?— pregunté inmediatamente y él no dudó en asentir. 

—Lo hago, por eso dejo que rindas tu trabajo bajo mi nombre— aclaró y yo sin dudar lo abracé con fuerzas. 

—¿Aún sigues creyendo que mi papá me paga el título?— pregunté mientras él correspondía el abrazo. 

—No, pero ahora yo te voy a regalar el título con la increíble tesis que voy a exponer— aseguró y una vez se alejó de mí, tomó mi mano libre y la apretó de manera dulce— Hoy vamos a ser médicos ¿okay? 

Asentí y en el momento que miramos el edificio donde teníamos que ingresar, sentí mi estómago revolverse por completo. 

El momento había llegado…