Capítulo IX-Z (1-2). El último Arcángel.

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Archivos de Juzgado - Técnica Oscuria "Sekai" Vargas

Más conocida por ser la primera Ánima en entrar a Juzgado

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Más conocida por ser la primera Ánima en entrar a Juzgado.

Solía ser un Ánima hace mucho tiempo, pero tras un percance con la Savialma y combatir con Alfa sufrió de una eliminación total de su identidad original, y un extraño síntoma que la hacía auto extinguirse continuamente, sin la capacidad de hablar ni pensar por sí mismo; únicamente fiel a instintos básicos similares a un Recién nacido, y a una extraña atracción o depndecia de la fuente de Savialma más cercana.

Fue adoptada y rebautizada por Alfa Vargas, debido a su extraño "patógeno álmico", pero al reconocer su increíble capacidad de adaptación y aprendizaje, y que necesitaba de una vigilancia continúa, por esos factores, posiblemente producidos por su acontecimiento con la Savia, decidió cuidarla. Con el pasar del tiempo desarrolló una nueva identidad, en base a su padre, y con sus capacidades destacó rápidamente en su academia asignada. Curiosamente ella basó su nueva identidad en su tutor, lo que a veces hace pensar que sí fue su hija en vida; pero no fui el caso por haber sido el experimento Alfa.

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Paraíso, Sala-EX...

El intento de traer de regreso al dúo monocromático no salió como se esperaba, trayendo únicamente al Arcángel a esa sala misteriosamente venida de un bombardeó. Apareciendo boca abajo el arcángel, más nunca se estrelló contra el suelo de cristal oscuro, no más se detuvo a unos centímetros del suelo; cómo si hubiera detenido la gravedad y evitando chocar.

—...Fa —dijo terminando el nombre de su amigo que antes decía, pero no pudo terminar por ser transportado.

A continuación, con sus alas se elevó y cambió su posición de horizontal a vertical, colocando sus pies sobre el suelo. Limpiando sus mangas blancas con sus manos que emulaban cepillos; cuando una voz conocida le llamó la atención.

—¡Que chévere, Gabriel! —Animándolo el segundo Ejecutor existencial un poco, dijo al ir a él—. Me alegra ver que no todos los de aquí desaparecieron.

—Aww, no os he visto desde hacía tiempo; doctor Tiempo. —Con ligera sorpresa le nombró.

—Soy el doctor José Gregorio Marez, para ser más exacto. —Con los dedos en su bigote negro presumía.

—No abuséis de vuestra gran sabiduría, hablaos con uno de vuestros jefes —aclaró guardando la calma, y de una vez recalcando su propio puesto—. ¿Y sigo sin entender porque os colocáis el título de doctor? ¿Cómo si un doctor fuese muy importante para nosotros? Sí ya estamos muertos.

—Naah... —Moviendo su mano enseñaba su repelús—. Tú usas el título de Arcángel con la excusa de que solo Dios puede maximizar a un ángel.

—No es excusa, solo Dios puede... —Dejando de hablar cuando recordó un dato anterior—. ¿Cómo que no he sido el único aquí en desaparecer?

El Ejecutor de la Muerte (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora