Capítulo XIII (1-2). La última jugada.

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Mi pensar sobre la nueva orden existencial, Caballero:

Todas las fases han transcurrido, y pronto toda la existencia verá el nuevo orden del caos que invocaré

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Todas las fases han transcurrido, y pronto toda la existencia verá el nuevo orden del caos que invocaré. Admitiré que la traición de Luis fue inesperada, y no imaginé que Samaela llegaría tan cerca de completar su propio cometido; aunque, ya sabía que hallaría piedras en mi camino.

Pero ahora ya no hay nadie quien me estorbe, y Sam me ha enviado los códigos álmicos para la invocación del signo e impedir el acceso de ellos al Averno como prometió. Es momento de liberar a Gasoí de su sellamiento, y que active sus bombas de Verosén, con San Gabriel en mi tablero, ejecutaré mi última jugada.

Y mientras aún esté dentro de esta Alma títere, Alfa no podrá cortarme la cabeza ni enviarme al Infierno.

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Mundo vivo, Catacumbas de Pinus Nigra ...

Dos Des-Caballeros caminaban por un pasillo de esas catacumbas, llevando al derrotado y experimentado Arcángel de la dirección; al agarrarle cada uno por el hombro. Lanzándolo como si la basura se tratara, a una habitación de piedra, tras abrirse la puerta de roca elevadiza.

—Cof, cof... —Tosiendo y vomitando el adulto peliblanco maltratado—. Buarg... ¡Vais... A ver!

A punto de atacarles el hombre mal herido y exhausto, pero la puerta terminó por cerrarse justo antes que pudiera llegar a ellos. Golpeando la piedra el blancuzco por la ira.

—¡¿Ca-ballero si cre-creéis que esto me detendrá?! —Exhausto hablaba furioso al techo, pues sabía perfectamente que era vigilado—. ¡¿Est-estáis muy equi-equivocado?!

A punto de arrojar un disparo de su mano a donde se encontraba, cuando una voz peculiar pero conocida le detuvo.

—No, funcionará, Estamos en el Mundo vivo, recuerdas —dijo con voz apagada y débil un traidor de la orden enemiga.

Dando la vuelta el arcángel debilitado, viendo al rubito que una vez invadió su sector de Juzgado.

—Para que cualquier Alma pueda interactuar de alguna forma en este mundo, debe estar en buena condición. —Con la misma actitud aclaró aquel joven adulto rubio magullado.

—¿Luis? —dijo tras recordar el nombre de ese personaje, sorprendido de verlo cautivo—. No pens-pensé que Caballero os enceraría también... O experimentaría contigo.

—¿Y qué esperabas? Lo traicioné y por eso intentaron someterme con la savia para ver si volvía a trabajar con ellos, je—. Con una risita sobre sí mismo por su mal estado actual comentaba.

—¿Y lograron someterte, Luis? —preguntó con dudas mientras veía el aspecto pálido que tenía el rubio, incluso su indumentaria se blanqueó.

—Je, ya quisieras. —Bromeando, estando sentado en el suelo—. Por desgracia, esos experimentos con la savia dañaron mi mente, ya ni recuerdo muy bien la persona quien era antes. Por eso, decidí en ser yo mismo, Luís. Estoy cansado de querer ser alguien más; osea, el Luis que antes era.

El Ejecutor de la Muerte (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora