Cap 1

353 18 67
                                    


-Entonces todo retumbó, pareció que la montaña cobraba vida y rugía amenazante con levantarse y destruir todo a su paso, los árboles incluso despertaron y caminaron, algunos cayeron y las aves volaron gritando para luego caer al piso muertas por el susto

-¿Y luego que pasó? - Pregunté con emoción

-Silencio, silencio total por 3 días con sus noches, ni siquiera los grillos tocaban su canción 

Desperté de mi sueño, la noche sin luna había sido invadida por un silencio sepulcral, solo mi cuerpo gritaba el dolor que sentía por las múltiples heridas. Llevaba más de 10 días huyendo de un grupo de guardias imperiales de Eternia y para ser sincera, ya me estaba cansando y consideraba arrebatarme la vida con la punta de flecha que me atravesaba la pierna 

¡NO! SOY LA HIJA Y HEREDERA DEL GRAN ALPHA ARI, JEFE DE LAS TRIBUS CENTRALES Y NO ME RENDIRÉ

Qurbré la punta de la flecha y con un tirón, la saqué de mi pierna. Me topé con pino de gran altura, subí casi hasta la copa y me quedé inmóvil, esperando que se vayan de largo y me dejaran en paz

Sin darme cuenta, volví a quedarme dormida hasta que mi instinto me alertó de peligro, pero muy tarde, una flecha atravesó mi hombro, miré hacia bajo, un híbrido de mi especie había escalado con sigilo hasta ponerme al alcance de su arco 

Desenfundé mis espadas ya sin filo, no le vi caso tenerlas, se las lancé a mi agresor y mientras él las evadía, salté al vacío esperando encontrarme con alguna rama de la cual pudiera agarrarme y más que nada, que aguantara mi peso 

Mi cuerpo fue golpeando rama tras rama, todas se quebraban y arañaban mi ropa y piel, mechones de mi pelaje se quedaba en alguna que otra hasta que caí de panza en una fuerte rama que me sacó el aire y probablemente quebró una o dos costillas 

Algunos perros me seguían la pista, podía escucharlos desde donde había caído, tuve que recuperarme rápido para seguir huyendo

El sonido de un poderoso río despertó el pánico, pues el agua y yo no llevábamos una buena relación, sin embargo, tuve que ignorarlo y con gran decisión, saltar intentando llegar al otro lado, pero mis piernas cansadas y heridas, solo dieron para llegar a la mitad y nadar hasta donde pude tomar la rama de un tronco podrido 

Emergí y salí tosiendo el agua que se había colado dentro de mis pulmones, me quedé quieta por un momento recuperando el aliento, tremendo error, una lanza se calvó en mi espalda, saliendo por mi abdomen, el cansancio y la pérdida de sangre me vencieron, la fuerza del río me llevó consigo y perdí noción de lo que sucedía a mi alrededor

El dolor de un pellizco en mi abdomen me despertó, ahora una maldita lanza había atravesado mi cuerpo, esta vez en mi abdomen

El río me había llevado a donde se convertía en lago y me habría escupido a una orilla, muy de lejos escuché a los rastreadores, malditos hijos de puta no iban a dejarme tranquila hasta que redujeran mi cuerpo a cenizas

Quebré la punta de la lanza, tomé valor y con un jalón, saqué el cuerpo de la lanza seguido de un río de sangre, debo pararla, tomé lodo y algunas plantas para hacer un parche y lo coloqué en la entrada y salida

Algunas luciérnagas iluminaban y hacían un camino bosque adentro, hui por siete días y siete noches más, siempre con ellos pisando mis talones, apenas dándome una hora para dormir de vez en vez

Los rastreadores volvieron a escucharse, más cerca desafortunadamente, comencé a correr sin rumbo. ¿Donde estoy? Reconocí la montaña, es la de la historia que papá me contaba de niña. Me dirige a sus faldas con prisa, debía encontrar un refugio urgentemente

ConquistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora